Cuando me hacen relatos del pasado, escucho anécdotas e historias sobre La Quina y su influencia en el estado de Tamaulipas; teniéndolo como una figura de poder donde quiera que fuese en dicho estado. Por ello, y otras razones ideológicas que contravenían a la voluntad de Carlos Salinas, fue arrestado y sentenciado a 35 años de encarcelamiento bajo los cargos de homicidio y el porte de armas ilegales. Extrañamente, el proceso fue algo turbio e incuestionable.
Más allá de eso, La Quina era también el líder del sindicato de los petroleros. Bajo su mando, varias ciudades tamaulipecas se tornaron atractivas para los trabajadores del gremio pues, con su influencia, La Quina facilitaba algunas prestaciones para ellos. Aunque todos estos factores no son negativos por sí solos, son una muestra del poder y la influencia que tienen los líderes sindicales en México.
Con todo y la "transformadora" alternancia del poder, los sindicatos siguen ejerciendo influencia sobre el plano político del país como lo han venido haciendo desde mediados del siglo pasado; aunque quizás ahora sea peor debido a que los presidentes celestes (no porque sean cuerpos celestes, sino porque ya tienen su azul muy rebajado) no tienen la autoridad para evitar que los deseos del sindicato se impongan.
¿Qué pasa con el SME? Fácil. Es el reflejo caprichoso del feliPillo resentido por su desastrosa campaña militar contra el narcotráfico y la negativa a sus paquetes económicos; es decir, le está pegando a un tercero porque los primeros no se dejaron, está jugando a echarle la culpa de la crisis económica actual y el rezago de la compañía que para quien trabajan a un presidente tan ilegítimo como él mismo. Es la versión 2009 del golpe salinista a La Quina, sólo que aún más hipócrita; mientras intenta tumbar un sindicato camaradea al dirigido por Elba Esther Gordillo.
Calderón señala al SME como los ladrones que han llevado a México a la inestabilidad económica en la que nos encontramos para hacernos voltear a la dirección opuesta de dónde se encuentran los verdaderos autores de la desventura nacional. Bien dice el viejo refrán: "Recuerda que cuando apuntas a alguien con el dedo, otros tres dedos te están apuntando a ti". Calderón quiere montar su acto ilusionista en la que el Ejecutivo federal limita la influencia de los sindicatos mexicanos.
Por otro lado, es innegable que el SME y LyF son los ejemplos claros de lo que conocemos como mala administración. Ha habido excesos insanos desde hace tanto tiempo que ha llevado en la casi nula productividad de la empresa pero, tristemente, lo que Lozano está peleándole a la SME es la irregularidad en los comicios para elegir el nuevo líder sindical; comicios que estuvieron tan turbios como aquellos del 2006. Dado que la legitimidad del líder del sindicato tiene que ser otorgada por el reconocimiento de tal liderazgo por parte de las autoridades federales. Ya conocemos lo que la Federación les contestó.
Así que, ¿qué vas a hacer Calderón? Si decide ir por el camino de reconocer la legitimidad de Martín Esparza como líder del SME, estará demostrando que los sindicatos son los poderes fácticos que mueven la máquina electorera del país en realidad. Si decide continuar desconociendo, tendrá que prepararse y seguir luchando por no reconocerlo para sostener el punto de que los caciques son los culpables del estado actual de los sindicatos. Y es que estos sindicatos han sido los que han retrasado las reformas requeridas en la Ley del Trabajo para impedir que ésta les prive del poder y cuna de antidemocráticos vividores de la simulación electoral.
1 comentarios:
vaya crei que era yo el unico que veia asi las cosas, es triste y deplorable ver a un supuesto representante de la sociedad transformar su gobierno en una lucha de intereses personales y de afectacion nacional, dejo saludoss!!!!!!!
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