La batalla del Ejecutivo Federal y su gabinete cómplice contra el SME continúa. Estas historias ya las conocemos del pasado, México ya ha pasado por estas historias de represión y abuso de autoridad. La estrategia del gobierno federal pasó de ser un esfuerzo por terminar con un gremio que mostraba señales de corrupción, a ser una nueva puesta en escena de la cruenta represión que el Presidente puede ejercer sobre un grupo de oposición.
Nuestro amigo el feliPillo comenzó por atacar mediáticamente al SME vendiéndole al pueblo la idea de que el sindicato estaba inundado de corruptelas y procedimientos engañosos que sólo le costaban más al pueblo mexicano. Nos vendió hasta el cansancio que cada uno de los trabajadores de este gremio eran casi tan costosos como mantener a un ministro de la Corte Suprema de Justicia, multiplicar ese coste por 44 mil nos arrojaría una suma estratosférica que ni siquiera el gobierno de Estados Unidos podría ayudarnos a pagar; pero esa idea nos quisieron vender, no vaya a ser que el incómodo Hildebrando patalee por que el SME se está llevando parte de su dinero.
Estaremos de acuerdo en que no se le puede pedir mucho al gobierno de Felipe Calderón ya que ha fallado miserablemente en mostrarse como un gobierno listo para dialogar y debatir esta peliaguda situación; decidió montar el escenario del sabotaje eléctrico por parte de los trabajadores renegados del gremio para enlodar su imagen pública y buscarse el pretexto perfecto para iniciar la cacería de brujas usando el largo brazo del Ejército Mexicano.
Esta misma semana se han reportado diversos apagones por toda la zona centro del país. La primera impresión y, de nueva cuenta, la imagen que vendió el (des)gobierno fue que los vándalos del SME estaban saboteando las líneas eléctricas pero, al poco rato, la CFE aseguró que se trataban de fallas por las lluvias de la zona. Decídanse, ¿no? Porque nuestro amigo Martín Esparza está preocupado por su liquidación, sólo Dios sabe si le va a alcanzar para pagarse todos sus lujitos sin el dinero que ganaba en la SME. Creo que es por eso que Martín sigue tan de cerca los debates de los diputados de izquierda en la Cámara Baja, aunque Arturo García ya les dio un buen ladrillazo con su frase “A los de la izquierda se les fundieron los fusibles.”
Mientras tanto, el Presidente de la República ha anunciado que no estará en la cena con la CIRT, pues teme por su seguridad con todo el SME rondando en las calles. ¡El miedo no anda en burro! Cabe mencionar que éste es un evento de tal importancia que en más de 50 años no ha faltado un sólo Presidente. Sin embargo, Calderón tiene miedo.
No se puede esperar menos si en su gabinete los hay iguales. Ahí tenemos a Javier Lozano que prefirió desentenderse de sus obligaciones en la Cámara de Diputados que salir siquiera a la calle y exponerse a cualquier tipo de agresión hacia él; aunque, en la Cámara, lo hubieran asesinado… políticamente.
Así va la historia hasta el momento, con un presidente que se reivindica cual si fuera un santo autoproclamándose el Presidente de los Pobres. ¡Vaya que lo es! Ahora son ellos la prioridad del gobierno; el resto, es colateral.
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