21 de octubre de 2009

Fiebre Tributaria

Después de tanto sufrir el nuevo paquete fiscal, a Calderón y sus secuaces se les hizo la aprobación de la Ley de Ingresos para el 2010. Tuvieron que negociar mucho con la bancada priísta y dar su brazo a torcer en una que otra ocasión. Haciendo una rápida radiografía de la situación, podríamos pensar que la reponsabilidad de las decisiones recae en los gobernadores y diputados del PRI.

Primero tuvimos el impulso de Carstens por obtener ese codiciado 2% para el combate a la pobreza, también conocido como ‘El IVA escondido’. De inicio, la bancada priísta en San Lázaro lo negó. El gobierno Federal apeló a los ciudadanos para justificar su 2% usando su queridísima estrategia de la spotiza televisiva. Pero la estrategia les valió de poco porque el PRI uso la fuerza de sus gobernadores para matar definitivamente las aspiraciones carstensistas de un 2% para “el combate a la pobreza.” En consecuencia, la SHCP resolvió enviar un oficio a la oficina del PRI en el cual explican que, al no haber un acuerdo respecto al impuesto antipobreza, sería conveniente realizar un aumento al resto de los impuestos; iba dirigido a Mario Becerra de la Comisión de Hacienda. De esta manera, los gobernadores decidieron apoyar la nueva propuesta de subir en 1% el IVA, 2% el ISR y 3% a las telecomunicaciones; el apoyo lo ejercieron a través de los diputados de sus respectivas entidades.

Como siempre, hay un ‘pero’ en esa negociación. Los gobernadores accedieron a este incremento sólo si gran parte de lo generado por el incremento al IVA se destinaba a sus arcas para obras de infraestructura en los estados. ¡Pero por supuesto! Si el año que entra hay elecciones para gobernadores en 10 estados de la República… mismos estados que apoyaron el incremento del IVA. ¿Coincidencia? No lo creo pues, obviamente, ese dinero servirá para apantallar al pueblo con nuevas obras y preparar, con ello, el terreno para colocar las posibles sucesiones.

El golpe a las telecomunicaciones e internet está dado. Creo que a los legisladores se les olvida que el servicio de internet representa el futuro de la comunicación entre los seres humanos, un canal común para todos los usuarios que desean compartir cultura y conocimiento a través de la red de redes, una herramienta necesaria para educación y el crecimiento económico para los países en la actualidad.

México ha permitido que la educación se quede varada desde hace años y se ha lamentado a lo largo de estos mismos. En el futuro, nos seguiremos lamentando por pensar que la pura política va a sacar al país adelante. El gravamen al uso de las tecnologías de telecomunicaciones logrará que México se quede (más) atrás que el resto del mundo, y que la comunidad de intensos usuarios de las telecomunicaciones se sientan profundamente ofendidos y no representados. Lo cual no es una falsedad en lo absoluto, pues entre el alzheimer que sufren los funcionarios públicos al ocupar sus puestos y el abstencionismo que hay en el país, nadie está bien representado.

La verdad es que este aumento abusivo a los impuestos es una muestra más de la inconsciencia de los funcionarios de alto nivel. Están golpeando aún más al pueblo mexicano, mientras que han hecho muy poco por apretarle el cinturón a las empresas que poco aportan a la economía nacional. Cabe mencionar, también, que el Presidente siempre ha estado hablando de austeridad. Austeridad por aquí, por allá, en el decálogo; en todos lados. Pero, en la realidad, no se ha dedicado a apretar su propio cinturón. Ha decidido ahorcar al pueblo una vez más para dejar su salario intacto.

Los legisladores federales afines a la resistencia popular alzaron su voz con toda razón, sabiendo que remarían contra la corriente mediática escandalizadora de cualquier forma de protesta. Los legisladores denunciaron la traición de los priístas a sus promesas de campaña, específicamente en torno al tema del incremento del IVA. Fue un llamado a la congruencia. Ellos subieron a la tribuna para pronunciarse abiertamente contra las medidas impositivas de sus compañeros, a diferencia de muchos que mantuvieron su verdadera opinión en un susurro entre amigos.

Estoy seguro de que si tuviésemos un termómetro social, nos daríamos cuenta de que México tiene fiebre. Si las cosas siguen así, existirá la oportunidad para demostrar que la paciencia mexicana es centenaria.


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