18 de agosto de 2011

‘La Cerve’

Resulta un tanto complicado discernir la magnitud de un hecho violento cuando carece del elemento de la familiaridad. Al leer las noticias, me topo con el encabezado: “Chihuahua: mueren 4 personas en ataque contra cervecería” Al instante mi mente evocó a ‘La Cerve’ y leí el artículo en cuestión. Sí, 4 guardias de seguridad del establecimiento habían sido acribillados la noche anterior en cumplimiento de su deber, tanto civil como laboral.

Ni tardos ni perezosos, el alcalde y ‘el góber’ se lavaron las manos al más puro estilo del ex-Procurador Chávez Chávez: “La culpa es de ellos por no proveer seguridad.” Por un momento, quise creer que se trataba de una mala interpretación de su declaración… pero no. Pareciera que estos (des)gobernantes están convencidos de que el hecho de que existan ciudadanos armados con rifles recorriendo las calles de Chihuahua es perfectamente normal. Han optado por desconocer su completa responsabilidad ignorando como la causal de este evento. ¡Caray! Hubiera sido más sensato achacarle el problema al orden federal y su guerra contra el narcotráfico. Pero no.

En su lugar, quieren aventarle la responsabilidad del homicidio múltiple a la empresa que contrató a los guardias de seguridad que decidieron acatar sus órdenes e impedir la entrada de hombres armados a un lugar de recreación y esparcimiento público. Una clausura definitiva es lo que quieren.

Justifican, tanto Quezada como Duarte, su decisión argumentando que “ya se habían presentado otros disturbios en este establecimiento”. Tenemos que considerar que, efectivamente, los disturbios a los que hacen referencia eran responsabilidad de la empresa, pues sucedían dentro de dichas instalaciones; sin embargo, no pasaban de meras riñas y puñetazos al aire. ¿Cómo son estas riñas comparables con un grupo de sicarios armados con rifles?

¿Se trata, entonces, de hacer responsables de aquello que no han podido cumplir en lo que va de la gestión? Tanto el gobernador como el alcalde buscan endilgarle a una empresa una responsabilidad del gobierno: dar seguridad pública a sus población. Entonces, ¿quién falló? ¿La Seguridad Pública o la seguridad privada que, insisto, atajó el problema a costa de su vida? Elemental.

En todos lados se cuecen habas

No pude evitar recordar el atentado a Salvador Cabañas en el bar ‘Bar’. Simón Sharaf, propietario del establecimiento, aseguró que Televisa realizó un montaje mediático en su contra con el caso de la agresión al futbolista Salvador Cabañas y afirmó que recibió amenazas de la televisora por no ceder acciones de una de sus firmas. En entrevista, él comentó:

"Lo que sí conozco es un montaje de Televisa, un circo atrás de todo esto, donde nos manipulan imágenes, donde supuestamente la señora Cabañas está diciendo cosas que ella no habla: quienes hablan son los reporteros de Televisa. Le meten musicalización, efectos especiales para que se oiga muy dramático; una película de terror. Por eso decidimos mejor subir todos los videos a una pagina web. Son los videos que tiene la Procuraduría. Ahí se ve que cuando llega la ambulancia 14 minutos después; o que la señora está saliendo del baño mientras ellos dicen que durante 20 minutos se le ocultó información. Eso es una mentira. La señora sale del baño, vuelve a entrar, sale y nadie le impide nada. Nos vendió Televisa que la señora patea la puerta y dicen: 'vean cómo no la dejan entrar al baño', cuando ellos saben que tienen el video completo y fueron los paramédicos los que cerraron la puerta. La autoridad que está para cuidarnos, aquí está cuidando intereses de una televisora".

“Cuando tengo un contacto con el señor Emilio Azcárraga es cuando le mando un mail al ver cómo están manipulando la información. Comentan (en un noticiero) que hay una foto en la que salgo con el JJ y ese tipo de calumnias. Le digo en el mail Emilio, tú sabes que eso no es verdad, que no nos manejamos de esa manera; tú sabes porque has estado en ese lugar”, señaló.

Televisa arremetiendo contra un empresario en forma de reprimenda con una mano, mientras manipula a las masas y las autoridades con la otra. Pero, para el caso que nos ocupa, pregunto:
¿A quién le está vendiendo ‘La Cerve’ el góber Duarte? ¿Corona le prometió algo a cambio de deshacerse de ‘La Cerve’ al sr. Quezada?

Ingobernabilidad en todos lados

A consecuencia de la creciente ola de violencia en el país y la demostrada ineficacia de los órganos judiciales, los ciudadanos vamos perdiendo nuestros espacios de recreación debiendo cederlos a estos malhechores y terroristas. De esa manera, vemos en Reynosa que la explosión de una granada en medio de una sala de cine no sólo está siendo ignorada por las autoridades municipales sino que aún no se tiene una versión oficial de los hechos. Mientras tanto, los negocios de la localidad deberán pagar los platos rotos y ven reflejado en sus ingresos el sentimiento de inseguridad que crispa los nervios tanto de quienes deambulan por las calles, como de quienes sólo desean disfrutar una película en el cine.

César Duarte y Marco Quezada insisten en que el cierre de “La Cervecería” es “el mejor curso de acción en aras de la seguridad de los ciudadanos chihuahuenses”. La óptica del problema está distorsionada, viciada. Ellos quieren, por su voluntad, que los dueños del establecimiento sean forzados a clausurarlo definitivamente. Están ansiosos por tener alguna especie de “resultados” durante su gestión, y ello les impide ver el gran cuadro. Una agresión a mansalva contra una empresa que aporta importantes cantidades de dinero a la ciudad en pagos de impuestos y que, además, provee de empleo a una igualmente importante cantidad de personas, ¿qué repercusiones tendrá en la economía del estado? Ahuyentar a una empresa así, plantará la especulación en otras tantas y resultará en una pérdida de empleos para la entidad federativa. Empleos que el gobierno está obligado, también, a proteger.

El cierre de “La Cervecería” NO es una acción excusable, ni siquiera razonable. Como lo señalé antes, fue la incompetencia de  los controles de seguridad (desde el municipal hasta el federal) los que permitieron que estos hechos tomarán lugar en primera instancia. Ha sido responsabilidad de las autoridades que civiles armados pudieran llegar siquiera a las puertas del establecimiento. Cerrar “La Cervecería” es admitir, de rodillas y desvergonzadamente, que ellos ganan; es otorgarles una medalla por haber vencido al Estado. Empeñarse en el cierre de ‘La Cerve’, sin un argumento jurídico válido, es abrir la ventana a las especulaciones corporativas y descubrir un poco a los hombres detrás del telón que manipulan al gobierno chihuahuense.