24 de diciembre de 2009

¿Seguridad o Privacidad? (pt. I)

Recientemente, un amigo mío puso en la mesa de debate un tema muy interesante y con mucha historia al respecto. ¿Qué prefieres: seguridad o privacidad? Al principio, debo admitir, me fui por una línea de pensamiento totalmente distinta en la que privacidad y seguridad podrían ser tomadas como una misma en los términos de la seguridad de un paquete informático enviado por internet. Sin embargo, el tema es mucho más profundo que unos y ceros a través de un alambre de cobre. Los conceptos tienen apellidos que no sólo definen el alcance de ellos sino que también agregan dimensión a la importancia del debate. Seguridad nacional (o pública) contra privacidad individual (o intimidad).

A pesar de no tratarse de un análisis sobre el comportamiento de los paquetes de datos a través de las redes, es importante considerar que la balanza entre seguridad y privacidad sí se ha visto afectada enormemente por la evolución de las tecnologías de la información, en especial por la denominada red de redes. Para un sinnúmero de tecnologías el internet ha servido como un catalizador que ha acelerado el proceso de evolución de muchos sistemas informáticos. De esta manera, tenemos que, en la actualidad, la mayoría de la población mundial depende directa o indirectamente de lo que está pasando a través de la red mundial.

El 11 de Septiembre del 2001 inclinó la balanza hacia el lado de la seguridad nacional de manera abrupta. La  conmoción por el acontecimiento suscitado en el World Trade Center y el Pentágono forzó una respuesta inmediata que daría al gobierno de los Estados Unidos la autoridad para implantar sistemas de vigilancia que permitieran recopilar datos de manera masiva. Además, el Congreso aprobó una serie de medidas legislativas que le otorgaba más poder a las agencias de seguridad estadounidenses. La Unión Europea secundó el esfuerzo americano y se dedicó a desarrollar medidas similares que asegurarían una mayor coordinación entre las corporaciones policíacas. En ambas regiones del mundo, la seguridad en las fronteras fue incrementada y se armonizaron los procedimientos de políticas antiterroristas. El 9/11 fue la ocasión para que muchos países establecieran un nuevo paradigma de seguridad nacional en el que las medidas de seguridad se mantienen activas en todo momento, diferente al paradigma anterior que era de reacción. Las nuevas medidas intrusivas jamás se hubieran aprobado con tanta facilidad e implementadas tan rápidamente de no haber sido por los acontecimientos de aquella fecha.

Las teorías conspiratorias sobre lo que hay detrás de los eventos de ese martes por la mañana, expuestas en documentales como Zeitgeist y Fahrenheit 9/11, declaran que el gobierno planeó los ataques terroristas con el fin de motivar a las masas en favor de las reformas legislativas que ya mencioné y sustentar una guerra en búsqueda de eliminar al más personal enemigo de la familia Bush, Saddam Hussein. Esta teoría es muy buena, casi al grado de creíble; pero al carecer de una fuente sólida y que pueda respaldar los datos recopilados en sus ‘investigaciones’, difícilmente podemos tomarla como cierta.

A través de la historia, nos daremos cuenta de que los mecanismos para la seguridad nacional no son cosa de esta época. Como punto de referencia más lejano, tenemos a Julio César quien implementó un sistema de desplazamiento en el alfabeto para ocultar palabras claves en sus mensajes. Luego, vemos el auge de la criptografía llegar en la década de los 20 con el nacimiento de la máquina ENIGMA. La máquina resultaba generar un nivel sencillo de encriptación pero avanzado para su época.

Después de la II Guerra Mundial, los Estados Unidos decidieron dejar de exportar sus algoritmos de encriptación. Ello, junto con la aparición de sistemas de escucha como ECHELON, llevó a las primeras implementaciones de escucha/descifrado de los datos generados por terceros; su evolución llevó a la implementación de la versión informática de lo que conocemos hoy en día como ‘Puertas traseras’ o Troyanos.

Lo que es innegable es que la dinámica del delito sigue sin cambiar y es por ello que la explotación delictiva de las nuevas tecnologías generará, a su vez, nuevas formas de terrorismo y delitos electrónicos o la renovación de estos. Las tecnologías de información están marcando un campo de batalla en el que, tanto las corporaciones policíacas y de investigación como los delincuentes y terroristas, ganarán o perderán terreno en función de su habilidad para manejar dichas herramientas. Por esto, podemos decir que de la misma manera en que el gobierno puede monitorearnos para la seguridad de la nación, un delincuente puede monitorearnos para extorsionarnos de una u otra forma usando los mismos mecanismos que el gobierno hubiese usado. La posibilidad del mal uso, la sensibilidad de los datos recopilados y la relación coste-eficacia son las preocupaciones principales del gobierno respecto a las tecnologías implementadas en sus mecanismos de seguridad nacional.

Estos factores, bien empleados, deberán llevar a una constante evolución en los sistemas de vigilancia y las tecnologías de información existentes. Llevará a una evaluación más certera de costos y beneficios del control y educación pública junto con la medida justa de intrusión antes de invadir completamente la privacidad del individuo. Además, habrán de generarse mejores relaciones entre el sector privado y el público para permitir que los datos en poder de las entidades comerciales puedan ser accedidos por las corporaciones de seguridad pública. Se requerirá, entonces, una redefinición del marco legal en torno a esta relación.

23 de diciembre de 2009

Impericia Fatal

Recuerdo en mis días de niñez que muchos de los muchachos soñaban con ser soldados o policías que defendieran las calles de nuestro país. Estoy seguro de que no sólo pasó en mi niñez. Así como estoy seguro de la generalidad de este sueño, estoy seguro de la generalidad del arrepentimiento de muchos que hicieron realidad este sueño y la alegría de los demás por no haber entrado a dichas corporaciones. Decepción que se llevarán al enterarse de que ello no los exime de estar atrincherados entre los soldados y los cárteles en esta, aparentemente, improbable guerra.

El día de ayer, 22 de Diciembre, los medios de comunicación esparcieron una de las noticias más nefastas que hemos tenido que recibir a lo largo de este sexenio. Tres familiares del Marino que pereció en el enfrentamiento armado el día 16 de Diciembre fueron ejecutados, presuntamente, por el cártel al que enfrentaba el elemento fallecido. Ya no hay honor ni gloria para ninguno de los bandos. El acto es lamentable y sólo ensombrece más nuestro futuro como nación. Sin embargo, no debemos de restarle importancia al hecho que desencadenó este acto de venganza: la revelación del nombre de un elemento perdido en acción.

Sigo sin encontrarle una medida exacta a esta nueva torpeza del (des)Gobierno Federal. En su interminable campaña por ganar algún gramo de legitimidad, el pitufo Presidencial ha cometido este error garrafal buscando dar homenajes que exalten la memoria del Marino con el fin de generar material propagandístico. Conociendo a los gobernantes azules, cuando sucedió esta tragedia estaban editando su más nuevo spot respecto al “avance” en la lucha contra el narcotráfico. No podrán las corporaciones volver a legitimar sus patrióticos actos de ahora en adelante por miedo a que sus familias sean violentadas.

No podemos exigir tampoco que el tsunami de violencia que viene sea frenado fácilmente si los altos funcionarios replican con maneras que los equiparan con sus enemigos. Los discursos subidos de tono y amenazadores sólo atraerán más violencia hacia nuestras filas. Es necesario saber qué decir y cómo decirlo. Especialmente, ‘QUÉ’ decir.

El gobierno mexicano está inyectando enormes cantidades de dinero en una batalla que sabemos no se puede ganar con el ataque frontal sino que requiere estrategia y, además, que el gobierno estadounidense acepte plenamente su responsabilidad en este conflicto.

El día de ayer fue terrible pues se registraron una serie de ejecuciones y atentados en diversas regiones del país. Hay quienes dicen que la guerra ahora es de capos contra capos, el Ejército y el pueblo sólo están en medio. ¿Ahora qué sigue?


22 de diciembre de 2009

Alcalde Temerario

Mauricio Fernández Garza Sada inició su administración de manera muy controversial al declarar, en plena toma de posesión, que El Negro Saldaña había sido ejecutado horas antes de que las autoridades pudieran siquiera encontrarlo asesinado. Creo que la soltura de lengua natural para el cargo que ocupa le ha resultado en una complicación que ha marcado su administración. Lo que sorprende es que sorprendan estas declaraciones tomando en cuenta su historial previo a las elecciones.

Remontémonos al mes de Junio del 2009. El Gobierno Federal, comandado por el ente pseudo presidencialoide, arreciaba en su lucha en las calles contra el narcotráfico bajo las órdenes de su no menos ilegítimo secretario de Seguridad Pública Federal. Paralelamente, Acción Nacional del “muchacho pendenciero” inundaba los medios de comunicación masiva con una ola de spots que enaltecían las valientes acciones del Ejecutivo Federal y declaraban que la situación actual es consecuencia de los pactos que el partido tricolor entabló con la delincuencia organizada. Sin embargo, el entonces candidato por la alcaldía de uno de los municipios más importantes del Norte de México.

Reporte Índigo publicó el día 11 de Junio las grabaciones del candidato en las que declara haberse sentado en la mesa de los Beltrán Leyva para consensuar su plan de seguridad y la armoniosa convivencia del resto de los residentes de esta ciudad y el cártel.

De acuerdo con las declaraciones que realizó, la paz del municipio se debe, en gran parte, al control que ejerce el cártel de los Beltrán Leyva en el municipio y al cerco que han establecido para mantener a otro cárteles fuera; los policías son lo de menos. Además, como uno de los puntos que trató está la posibilidad de limitar la existencia de puntos de venta de droga indiscretos. En sus palabras:

Lo que tienes que parar son las ventas obvias. O sea, por decirte, ahorita tienen tienditas en las discotecas, están arreglados (...), tienen sus tiendas y tienen arreglado todo para que nadie los toque. Eso yo no lo tolero (inaudible).

Si tú tienes o quieres consumir drogas, pues igual las vas a poder encontrar, pero no en una venta obvia. Ésa es, primero, la diferencia.

La probabilidad indica que este reportaje no es más que una manifestación más de la parafernalia mediática que genera la cercanía con la conclusión de un proceso electoral tan controversial. Sin embargo, no puedo pensar en mejor fundamento para este reportaje que la detención de 19 policías del municipio a unos días de los comicios como resultado de la investigación realizada por elementos de la PFP y el Ejército mexicano; y las declaraciones realizadas el 31 de Octubre en pleno acto de toma de posesión como alcalde de San Pedro Garza García respecto al homicidio de El Negro Saldaña. Pero sólo mencionar este aspecto de su polémico discurso de toma de posesión sería injusto e incompleto; debemos también señalar a sus famosos “grupos rudos de limpieza en contra de la delincuencia.”

Habiendo sido amenazado directamente por Héctor Saldaña, pasado un intento de secuestro de su hija y nietos, el día 31 de Octubre el alcalde se pronunció de esta manera:

Por cierto. Ahorita me acaban de informar que 'El Negro' Saldaña, quien aparentemente es el que estaba pidiendo mi cabeza, hoy amaneció muerto en el Distrito Federal y era el primer cabeza de secuestros de San Pedro Garza García.

Les anuncio que me voy a tomar atribuciones que no tengo, porque vamos a agarrar el toro por los cuernos.

Quiero dejar por demás claro que en el tema de drogas lo confrontaremos frontalmente. Y cualquier lugar que se tenga noticia de su venta será combatido por este gobierno municipal. No vamos a necesitar ni al estatal ni al federal. Directamente le vamos a entrar.

Aquí la van a entender por las buenas o por las malas: No aceptamos ningún tipo de secuestros en San Pedro Garza García y la pagarán con su propia cara.

Que lo entiendan y lo entiendan bien, por eso se los estamos anunciando: No es un juego para mí y creo que para todos nosotros, esto es una guerra y nosotros la vamos a ganar.

Y con aplausos, el alcalde con dotes psíquicas había terminado el discurso que haría que la PGR lo llamara a declarar en los días siguientes y que pudo haber generado un conflicto político al declarar que cuatro ejecutados aparecen en una ciudad perredista; versión confirmada por un gobernador priísta mientras el caso que tomó el gobierno local perredista es atraído por el federal panista. De estas propuestas se rescata la propuesta de formación de “grupos rudos de limpieza” y el hacerse de atribuciones que no le corresponden como autoridad municipal con tal de salvaguardar el orden en su municipio.

Los aplausos fueron una respuesta natural de un pueblo atemorizado porque su tranquila ciudad se vuelva en un infierno de inseguridad pública. Sus palabras amenazan con poner las bases de un movimiento social que, en el contexto actual, podría repercutir a nivel nacional. Es por ello que, al ojo del Ejecutivo Federal, un alcalde azul que actúa de esta manera es un peligro para la imagen de su partido frente al 2012.

En una visita reciente al municipio, Felipe Calderón le dejó bien claro a Mauricio Fernández que el respeto al Estado de Derecho y a las instituciones debe estar por encima de todo. Sin embargo, el Estado de Derecho por el que Calderón se pronuncia liberó, en primer lugar, a El Negro a menos de un año de purgar un año de los diez que le fueron sentenciados.

Existe la posibilidad de que las intenciones del alcalde sampetrino sean verdaderamente buenas y que desee de todo corazón restablecer el orden y la tranquilidad en su ciudad pero, ¿qué Presidente se lo va a permitir? ¿No tendría el Ejecutivo Federal que extenderle estas atribuciones a todos los municipios del país y que homogenicen a un cártel en el territorio nacional para evitar más enfrentamientos? Por otro lado, ¿el fin justifica el atropellamiento del Estado de Derecho y las atribuciones federales? Sinceramente, dudo que el camino de la ‘rudeza’ lleve a un verdadero estado de paz.

Creo que para lograr inclinar la balanza en el beneficio del pueblo y la paz pública, habrá que usar “grupos rudos de limpieza" al interior de la estructura del gobierno. Y cuando hablo de rudos no me refiero a ejecutar servidores públicos, sino a una verdadera limpieza de fondo que permita que la maquinaria política, social y económica del país pueda comenzar a andar.

11 de diciembre de 2009

Bombas, violencia verbal y opinión

Estoy muy consciente de que hoy no escribo aquí para decirles lo que opino de un tema; más bien, lo hago para saciar mi morbo de ver una de las discusiones más divertidas que he presenciado entre dos columnistas de periódicos diferentes.

Carlos Loret de Mola escribe para El Universal y tiene como referencia los siguientes datos:

Nació en Mérida, Yucatán, México. Es Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)

Es conductor del informativo matutino Primero Noticias (1:N) en canal 2 de Televisa, y del noticiero vespertino “Contraportada” en Radio Fórmula.

Ha sido corresponsal de guerra en Afganistán y Haití. En Indonesia cubrió los desastres que ocasionó el tsunami.

Es autor del libro “El Negocio. La economía de México atrapada por el narcotráfico” y coautor de “Bitácora de Guerra”.

Su trayectoria profesional ha sido reconocida con el Premio Nacional de Periodismo 2005 y con una Mención Especial en el Premio Nacional de Periodismo 2001; el Premio del Certamen Nacional de Periodismo durante 2002,2003 y 2004 ; el Premio de la Asociación Nacional de Locutores en 2002 y 2003, el Primer Premio Parlamentario de Periodismo en 1998, entre varios otros.

En mayo del 2007 recibe el Premio Nacional de Periodismo por el mejor programa de análisis y debate de la televisión “Tercer Grado”.

LÍDER MUNDIAL 2008

Foro Económico Mundial en la lista de los jóvenes menores de 40 años

Publicado por EL UNIVERSAL

Julio Hernández López escribe para La Jornada. En el ex Presidente del Partido Revolucionario Institucional en el estado de San Luis Potosí, potosino nacido en Torreón, Coahuila, coexisten el político y el periodista. Ayer fue reportero de unomásuno y Excélsior, fundador de La Jornada, presidente del PRI en San Luis Potosí y dirigente nacional con Luis Donaldo Colosio. Hoy es asistente de la Dirección de La Jornada. Sin muchos más datos públicos, por cierto.

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Historias de Reportero

Por: Carlos Loret de Mola

08 de Diciembre de 2009

Una bomba en el Teletón

“Unos días antes, durante o después del Teletón va a explotar un CRIT”. La amenaza era sucinta y llegó a través de sendos correos electrónicos a las cuentas de Internet de los Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) ubicados en Tlalnepantla, Estado de México, y Guadalajara, Jalisco.

Encabezada por Fernando Landeros, la fundación más exitosa y mejor evaluada de México dio parte a las autoridades de esta amenaza que fue de inmediato turnada a las áreas de delitos cibernéticos. Se tomaron las medidas de reforzamiento de seguridad necesarias y no se bajó la guardia.

Por eso cuando la mañana de ayer el conmutador del centro de rehabilitación de Tlalnepantla recibió la llamada de “en dos horas va a estallar el CRIT” seguida de “un colgón”, el plan estaba hecho: antes incluso de dar parte al presidente de la Fundación, los encargados iniciaron la evacuación de niños con discapacidad, familiares que forman parte de las terapias y trabajadores de todas las áreas, desde médicos hasta quienes atienden al público. Tras una inspección a las instalaciones bajo zozobra, el escuadrón anti-bombas de la Agencia de Seguridad Estatal mexiquense diagnosticó que fue una falsa amenaza.

Quien orquestó el amago no afectó al Teletón, no vulneró a Televisa o alguna de las empresas patrocinadoras, no molestó a ningún conductor, periodista, cantante, ac triz o actor comprometido con la causa, pero sí logró que 500 niños con discapacidad dejaran de asistir a sus terapias con sus familiares, interrumpieran su rehabilitación y encontraran en su camino a la integración con la sociedad un nuevo obstáculo a los que ya se enfrentan (discriminación, abandono, ataques a su dignidad, pobreza).

Entre el viernes en la noche y el domingo en la madrugada, el Teletón llegó a su meta de panzazo en año de crisis, recaudando más de 443 millones de pesos. Este 2009 hubo de enfrentar, además, la sistemática y organizada campaña —manifestada en Internet pero que mereció difusión y respuesta en televisión abierta— de intento de desprestigio. Los anti-Teletón sufrieron una derrota descomunal: no sólo se llegó a la meta en el monto económico sino que el número de personas que donaron superó al del año anterior.

Su discurso intolerante, sin matices, violento, pero derrotado, derrotado por millones de mexicanos, intentó un día más tarde una nueva ruta de expresión: la amenaza de hacer explotar un Centro de Rehabilitación Infantil Teletón tratando de manchar el triunfo social que representó la posibilidad de fundar dos nuevos CRIT’s, sostener los existentes y abrazar ahora la causa de los niños con cáncer. Está claro quiénes están detrás. Ni buscarle.

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Astillero

Por: Julio Hernández López

09 de Diciembre de 2009

Carlos Loret de Mola publicó ayer, en El Universal, una Historia de reportero denominada Una bomba en el Teletón. En ella narra reprobables amenazas anónimas, hechas por Internet, de colocar artefactos explosivos en los Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) de Tlalnepantla y Guadalajara, y lo sucedido la mañana de este lunes, cuando una llamada telefónica anunciando un estallido en dos horas, provocó el desalojo preventivo de niños, familiares, trabajadores y médicos en el centro de rehabilitación de Tlalnepantla.

El plan estaba hecho, menciona el periodista de Televisa en una de sus líneas. Lo malo (¿el plan?) es que, a partir de esos datos, el conductor de televisión ha tratado de vincular, sin pruebas, las críticas en Internet al Teletón con amenazas de poner bombas en centros de rehabilitación. Según esas graves acusaciones, el Teletón consiguió este año de panzazo sus metas de recaudación, en parte por la crisis económica pero, además, porque hubo de enfrentar la “sistemática y organizada campaña –manifestada en Internet pero que mereció difusión y respuesta en televisión abierta– de intento de desprestigio”.

Aún así, en esa batalla que ha de suponerse equilibrada y pareja (internautas contra televisoras), los anti-Teletón sufrieron una derrota descomunal, pues en la colecta electrónica se habrían conseguido más dinero y más donantes individuales. Esa lectura bélica (¿de la guerra contra el narco, a la guerra contra los antiteletones?) cerró con un párrafo que constituye una peligrosa acusación contra quienes ejercen su derecho a la crítica y se oponen a los poderes desde Internet, particularmente en las cuentas de tuiter, donde el tema del rechazo al Teletón fue frecuentemente abordado. Dijo Loret de Mola: “su discurso intolerante, sin matices, violento, pero derrotado, derrotado por millones de mexicanos, intentó un día más tarde una nueva ruta de expresión: la amenaza de hacer explotar un Centro de Rehabilitación Infantil Teletón tratando de manchar el triunfo social que representó la posibilidad de fundar dos nuevos CRIT’s, sostener los existentes y abrazar ahora la causa de los niños con cáncer. Está claro quiénes están detrás. Ni buscarle”.

La relación que hace Loret de Mola es inequívoca: quienes criticaron en Internet, derrotados porque el Teletón tuvo más gente y más dinero, intentaron una nueva ruta de expresión: la amenaza de hacer explotar etcétera. Pero, ¿quiénes, Carlos? ¿Quiénes pasaron de críticar el Teletón al terrorismo telefónico?, ¿quiénes, derrotados, quisieron vengarse de esa despiadada manera?, ¿quiénes deben ser buscados (aunque, todo está tan claro, que ni buscarle) y llevados a declarar por la policía cibernética?

Porque, vincular sin pruebas la crítica con el terrorismo es abrir las puertas a la represión; vincular la libre expresión por Internet a la comisión de hechos delictivos como los relatados es una irresponsabilidad. A menos que se den pruebas. Carlos Loret de Mola ha sido un periodista de gran profesionalismo y sensibilidad política, sobre todo en la etapa en que colaboró con Ricardo Rocha en radio. De no poder sustentar lo que ha escrito, debería corregir sus letras y ofrecer disculpas a quienes legítimamente critican al Teletón pero no por ello son terroristas. De contar con pruebas, debería presentarlas de inmediato ante las autoridades correspondientes para que se inicie un proceso de indagación y eventual castigo. De otra manera, parecerá un amago preventivo de Televisa, una treta sentimentalista más para defender el espectáculo anual de caridades deducibles de impuestos, una guillotina judicial sobre Internet o un berrinche en las alturas televisivas al que un redactor cercano da acomedida transcripción pública. ¿Cuál es el plan ya hecho?

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Historias de Reportero

Por: Carlos Loret de Mola

10 de Diciembre de 2009

SACIAMORBOS

Julio Hernández aborda en su columna Astillero de La Jornada lo redactado ayer aquí en Historias de Reportero. Señala que se vinculó a los críticos del Teletón con la amenaza de explotar el Centro de Rehabilitación Infantil de Tlalnepantla, que obligó a su desalojo el lunes. No es por ahí. La crítica, la duda, la denuncia, la sospecha y el escepticismo contribuyen al equilibrio democrático y al periodismo serio. El discurso que no cuestiona sino odia, que no argumenta sino insulta, que no está abierto a modificar su posición sino que amenaza, que entiende la libre expresión como espacio para la violencia verbal (casi siempre anónima) contra quien piensa diferente, estoy convencido, conduce a violencia física, a las amenazas de bomba y a las bombas. El reconocido Julio Hernández no está en ese grupo, ni todos sus lectores, ni todos los anti-Teletón. Pero sí muchos que desde esa trinchera juegan con la violencia verbal (nunca habían amenazado un CRIT) al grado de regalarme —sólo ayer— dos perlas-comentarios en el portal de El Universal: “una bomba es la que te vamos a meter si sigues escribiendo sobre el indeseable Teletón”, advirtió “Bofertón”, y con ¿más humor? un tal “Insurgentes” dijo: “acabo de poner una bomba bajo tu asiento, échame a los federales”. Para los primeros, si me expresé sin exactitud, una disculpa. Para los segundos, que parecen más, ni una línea atrás, ni una disculpa y sí una condena y un anuncio: a mí no me amedrentan.

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Astillero

Por: Julio Hernández López

11 de Diciembre de 2009

Astillas

Enaltece a Carlos Loret de Mola que haya ofrecido disculpas ayer en su columna de El Universal, Historias de Reportero, a quienes se han manifestado, sobre todo en Twitter, contra el Teletón y a quienes el conductor de noticieros de Televisa había vinculado en anterior entrega, sin pruebas, con actos de terrorismo cuando menos telefónico. Carlos reinstaló el tema en el casillero adecuado: el de la opinión, no el de la acusación; el de la divergencia, no el de la represión. En ese terreno, el de la opinión, todo cabe; no en el de la vacua denuncia judicialmente favorecedora de la mano dura siempre necesitada de pretextos. En su opinión, Loret de Mola encuentra dos segmentos de tuiteros o, en general, de activistas contra el Teletón. Uno de ellos es respetable y a él ofrece “si me expresé sin exactitud, una disculpa”, pero a otro, el de unos presuntos promotores de discursos perversos, les mantiene un tono distinto: “Para los segundos, que parecen más, ni una línea atrás, ni una disculpa y sí una condena y un anuncio: a mí no me amedrentan”. Según la opinión de Loret de Mola, los segundos se distinguen a partir de “el discurso que no cuestiona sino odia, que no argumenta sino insulta, que no está abierto a modificar su posición sino que amenaza, que entiende la libre expresión como espacio para la violencia verbal (casi siempre anónima) contra quien piensa diferente”; ese segmento, “estoy convencido, conduce a violencia física, a las amenazas de bomba y a las bombas”. Por lo que respecta al nicho “positivo” de opositores al Teletón, este tecleador astuitero toma nota y agradece la sensibilidad de Carlos. Pero ello no implica compartir la división entre tuiteros buenos y malos, y el tono de confrontación. Toda amenaza e insulto es reprobable, pero también ha de recordarse que el discurso del odio ha sido principalmente impulsado desde los grandes medios de comunicación que se han convertido en voceros de una parte del país y ofensores del otro segmento. Pero, bueno, esta es una opinión, como las de Loret de Mola, y pueden debatirse sin violencia ni exabruptos...

8 de diciembre de 2009

Fixxxer



Muñecos de vudú llenos de alfileres
Uno por cada uno de nosotros y nuestros pecados
Y nos ponen en una línea
Encaja tus alfileres, nos hacen humildes
Con el tiempo podrás decir
Si caemos o sólo tambaleamos

[Coro]
Pero dime
Puedes curar lo que padre ha hecho?
O reparar el corazón agujerado del hijo de una madre?
Puedes curar los mundos rotos dentro de mí?
Puedes arrancarlo todo para empezar otra vez?
Dime, puede curar lo que padre ha hecho?
O cortar esta soga y dejarnos ir?
Justo cuando todo está bien y no siento dolor
Entierras otro alfiler
Entierras otro alfiler en mí

Espejo, espejo, colgado en la pared
Rompe este hechizo o vuélvete muñeco
Te veo afilar los alfileres
Para que los huecos nos recuerden
Que somos juegos en las manos de otro
Y que al tiempo las agujas pasan del brillo al óxido

[Coro]

Sangre para la cara
Sudor para la tierra
Tres cruces en esta piedra

Para romper la maldición
Habrá un ritual,
Creo que no estoy solo

Cartucho de escopeta
Pinta de ginebra
Entumécenos para protegernos de los alfileres

Renueva nuestra fe de la manera que sea
Para volvernos a enamorar de la vida
Para volvernos a enamorar de la vida
Para volvernos a enamorar de la vida
Para enamorarnos
Para enamorarnos
Para volvernos a enamorar de la vida

[Coro]

No hay más alfileres en mí


No, no suelo hacer esto de poner letras para ninguna canción; pero para esta hice una excepción. Escúchenla, leanla y juzguen.

Resignando la Aceptación

Asomando la mirada por la pequeña rendija que la cortina deja en la ventana, veo los sueños derramar una lágrima mortal. La lágrima que los espíritus moribundos sin esperanza derraman para despedir la vida con todo el dolor que les merece.

Los sueños, la esperanza y las proyecciones que el hombre abandona en ese cuarto le inundan el alma de la hediondez póstuma. ¿Se resignó a la realidad? ¿O aceptó la realidad? ¿Cuándo? ¿Por qué?

Llega cuando el nivel de valemadrismo le quita presencia en nuestro corazón a todo cuanto nos aflige. "No, ya me vale madre." Es el colmo de la fe, es la muerte de un fragmento de esperanza en la humanidad. Y, vaya que he visto gente que no le tiene fe ni a su sombra por ser de un humano.

Los resignados en la aceptación se cansaron de derramar vida por esas heridas, ya sólo las ven suturar para que las cicatrices los insensibilicen y puedan vivir en normalidad. ¿Qué va a ser de ellos?

Dedicado a los resignados

6 de diciembre de 2009

¿Política Opiácea?

“De lo dicho a lo hecho, hay mucho trecho.” –Anónimo

La gente en Tamaulipas lo sabe, lo siente y lo vive: la mayor parte de sus gobernantes sólo están cumpliendo el requisito constitucional de que exista alguien en dichos cargos, pero el verdadero control de cada uno de los municipios del estado está en manos de los cárteles del narcotráfico.

A la ciudadanía no la convencen, no la pueden hacer creer, no se traga ese cuentito de que el gobernador (sea quien sea) ha tomado el control ni que los alcaldes son los verdaderos encargados de la seguridad de los gobernados. Dichos funcionarios se limitan a mejorar las condiciones fundamentales de vida alejándose lo más posible de los negocios sucios de “los de arriba.” Las obras y los resultados son buenos, en efecto; mejoran la infraestructura de las ciudades y los servicios médicos, pero queda el amargo sabor de boca.

Mas no es sólo Tamaulipas el afectado, esta condición está extendida por todo el país. La enclenque institucionalidad en México ha delegado el poder al narco, mercenarios que buscan satisfacer sus “necesidades mercantiles.”

Al tiempo nos hemos dado cuenta que mientras el priísmo mantuvo en su poder la Silla Presidencial, existían acuerdos de convivencia entre el gobierno y los cárteles. Eso permitió que no tropezaran sus campos de acción; además de que mantenía una relativa paz en las calles, pues tanto los gobernantes como los ciudadanos sabían con quién y hasta dónde. Esta práctica se vio truncada al inicio del gobierno del PAN pero no para bien. El primer gobierno azul se encargó de dar caza a todos los cárteles de la droga que estuvieran operando en México, a la vez que liberaban a El Chapo Guzmán para concesionarle los espacios que los otros cárteles iban dejando. No me queda claro. El PAN tenía tanta fe en la privatización, ¿que intentó privatizar el narcotráfico mismo?

Y ahora, con un presidente que tomó como pretexto el desorden que su antecesor dejó para militarizar las calles de México, nos dan advertencias sobre la posibilidad de que en los comicios que se llevarán a cabo en el 2012 serán controlados por las organizaciones del crimen organizado. Se esperaba ese escenario para los comicios que se celebraron este año pero, aparentemente, decidieron mantenerse al margen y permitir que el IFE hiciera su trabajo rumbo al 5 de julio.

El Ejecutivo Federal espera con un aire de decepción que aquellos contra los que tanto luchó en su sexenio, terminen por imponer sus voluntades y necesidades a través de acciones directas contra los actores políticos que vayan contra ellos. Felipe Calderón decidió asimilar la realidad tamaulipeca para sí mismo: el narcotráfico ha penetrado tanto en la política del Estado, que se ha vuelto parte de ella misma.

¿Adónde se van los delfines cuando hace frío?

Llega el invierno. Al cielo se le olvida lo azul y al sol se le olvida despertar. Las noches se prolongan y el cruento frío tortura nuestros huesos mientras aspiramos a arroparnos con cálidas cobijas. Entre los humanos andamos procurando cuidarnos del frío, procuramos evitar un resfrío, procuramos evitar el agua. Veo, en el nublado e inclemente cielo, a las aves volando hacia el sur para encontrar lugares cálidos con los que escapar del frío provisionalmente.

Pero, ante semejante condición me pregunto; ¿a dónde se van los delfines cuando hace frío? Nadie sabe dónde están los delfines. No saben siquiera si es que se han ido.

No están en el aire y, ciertamente, no han crecido plumas; sin embargo, la gracia con la que se mueven por el agua hace que me pregunte si en invierno también vuelan hacia el sur. ¿Escapan de las aguas frías y tormentosas? Las aves buscan el calor del sol lejos de las grises nubes de invierno, bajo la premisa de que volar es la libertad hasta de abandonar.

Los delfines no. Ellos reconocen su libertad y saben de amor. Se hunden para refugiarse de las tormentas de la superficie y se mantienen en movimiento para no enfriarse. El océano azul es su hogar y nunca abandonan el mar.

Los delfines nunca se van, sólo se mueven. Los delfines nunca se van porque siempre están en su hogar.

5 de diciembre de 2009

La Guerra del Sexenio

Recién México cumplió tres años del gobierno de Felipe Calderón. Múltiples bromas al respecto fueron formuladas. “Noticia buena: ya pasaron tres años. Noticia mala: faltan tres años.”

Más no son las bromas lo que me interesan sino las propuestas del Presidente, las cuáles no se han cumplido. La apuesta del gobierno federal sigue siendo mantener la guerra contra el narco bajo la premisa de que la violencia vinculada a éste ha crecido en los últimos años. Sin embargo, es obvio que esta afirmación tiene una verdadera razón de fondo: la justificación de intensificar la fuerza de la “guerra”.

Lo que Felipe Calderón y sus estrategas no han querido reconocer es que cuando se menciona que esta “guerra” lleva una estrategia equivocada, se debe a que no se libra con armas y más muertos en las calles. Se necesitan cinco centímetros de frente para reconocer un hecho fundamental: la utopía de eliminar el mercado del narcotráfico es inalcanzable hoy por hoy, quizá es ya necesario aceptar que en el devenir social sea más importante el dinero de las tributaciones, que la salud colectiva y así reformular una estratagema apropiada. Es decir, si no puedes eliminar al narco a través de la violencia, busca una forma de lograr que se limiten sus acciones.

Para darnos cuenta de ello, habrá que tomar como ejemplo uno de los argumentos que excusan esta ola de muerte patrocinada por el Estado: el hecho de que se han tenido “logros”. ¿Sí?, aceptando sin conceder, logros pírricos, pues de ser puestos en balanzas, no equiparan el costo económico ni el costo humano que lógicamente conllevan a las pérdidas (cabe mencionar que a pesar de lo que los promocionales del federal aplauden, con respecto a su eficacia para detener delincuentes, más de la mitad de esos inculpados no llegan si quiera a un proceso completo, siguen en las calles y nadie toma foto de eso).

Vale la pena darse cuenta que México es uno de los países con menor índice de adicción a alguna droga comparándosele con otros países importantes. Estados Unidos reporta el 3% de su población como adicta contra 0.4% de México.

Además, vale la pena considerar que se pretendía disminuir la violencia que el narco generaba, pero de 1998 a 2006 los índices de violencia cayeron hasta un 50%. Si la tendencia era tal, ¿por qué llevar una guerra interminable a las calles? ¿Por qué el Estado le apuesta a jugar a las luchitas con Goliat, sin ninguna honda eficaz? Retomar este principio es recursivo si tomamos en cuenta que las condiciones antisociales que hoy vivimos son consecuencia natural de esta “lucha”, por la respuesta del crimen organizado que tiene miembros altamente capacitados, y fuertemente armados, contra la milicia que responde a ciegas. Por ende, esta estrategia sólo va para atrás.

Nos damos cuenta que entre los adolescentes el consumo ha tenido un menor crecimiento, y que no ha sido a través del narcomenudeo por el que esa droga ha llegado a ellos. La obtienen a través de amistades y familiares. Entonces, me permito recalcar lo que bien sabemos a estas alturas del partido: no necesitamos balas para erradicar el consumo de drogas del país, necesitamos, entre otras cosas, cultura de prevención.

Me viene a la mente que comparado con la publicidad para cigarros y alcohol, la publicidad antidrogas está muy por debajo en tiempo al aire. Ya no hablemos de las constantes y siempre criticadas formas de seducir al potencial cliente con base en la desvalorización social para amarrar el mercado. ¿Por qué las autoridades buscan desaparecer el enriquecimiento no legal del narco, y no atienden el enriquecimiento sigiloso de los emporios de drogas blandas? Quizá lo básico es negociar amablemente, darle dinero al fisco, para poder tener al pueblo hincado ante los remedios neoliberales para el consumo eficaz. Es esa publicidad la que debemos nivelar con la que permita inculcarle a la juventud televidente una cultura libre de drogas (y llenas de lectura y teatro). Respecto a lo cual, cabe mencionar que Estados Unidos, principales compradores de la droga mexicana y colombiana, tampoco han atendido efectivamente dicho problema.

La estrategia adecuada podría ser entonces, si lo ponemos en una línea: combatir la adicción, no un enfrentamiento armado.


Gracias por la edición, D.

1 de diciembre de 2009

Sufragio Efectivo

Desde el año pasado, cuando me enrolé de manera más activa en los dimes y diretes de la vida política del país; me topé de inicio con una idea que, por lo que veo, ha sonado también a nivel federal: la reelección de alcaldes y legisladores. Al principio me sonaba descabellada la idea y, además, una medida promotora de la corrupción política en nuestro país. Pero leyendo un poco más al respecto, caí en cuenta de que no es tan mala idea aún.

Para poder entender este razonamiento, debemos de analizar a la Federación no como un todo sino como la unión de alcaldías que es. Por décadas, nos hemos empecinado en creer que lo único que el país necesita para salir adelante es un Presidente de la República que tenga la visión y la estrategia necesaria para el puesto; se nos olvida que la Federación esta basado por municipios, y son estos los que han tenido la menor atención a través de todos estos años. Con una base tan deteriorada, México no puede salir adelante.

Las administraciones de trienio que tienen los funcionarios públicos en las Presidencias Municipales sólo pueden garantizar una cosa: las confusiones y los enredos en los protocolos de entrega-recepción. El primer año se les va en planeación y acomodar lo que la administración anterior entregó; el segundo año está dedicado a concretar la mayoría de los eventos y de arrancar los proyectos más significativos de la administración actual; y el último año se les va en preparar todo para entregar la batuta al final de éste. Este círculo aunado a la falta de continuidad para proyectos y planes arrancados en otras administraciones públicas, truncando con ello las posibilidades de armar un plan de desarrollo sólido para el Ayuntamiento.

¿Cómo ayudaría una reforma en los periodos de gestión a mejorarnos como país? En el sentido de los alcaldes, la regularización del periodo a cuatro años permitiría que los proyectos de los alcaldes en turno tengan una continuidad mejorada que derive en la conducción satisfactoria de un municipio en la dirección intencionada por el munícipe. La posibilidad de reelección en el periodo inmediato de gestión, por el otro lado, permite que los ciudadanos premiemos o castiguemos a los gobernantes (ya sean alcaldes o legisladores) por su desempeño en el primer periodo de gestión.

No sólo eso. Serviría como excelente termómetro político para dichos actores, pues reflejará el grado de aceptación que tiene entre el electorado. Los políticos tendrían que hacer muy buenas carreras políticas porque el haber llegado a dicho puesto no garantizará que avancen en su vida política sólo porque el nivel de gobierno superior del mismo color les deja la ventana abierta.

Vámonos a la historia. La Revolución nos legó la célebre frase de Francisco I. Madero: “Sufragio Efectivo, No Reelección.” Una vez consumada la Revolución, este principio se extendió hacia los Presidentes de la República; pero Álvaro Obregón decidió extenderla hacia los demás niveles de gobierno para poder halar los hilos de la política nacional desde la Silla Presidencial en Los Pinos.

En otros países del mundo, la reelección ha resultado ser un mecanismo que mantiene el equilibrio entre los niveles de gobierno superiores y los inferiores. Sólo enfrentamos un problema fundamental para llevar a su realización estas acciones: un sistema electoral que no se ha sabido ganar la confianza de la gente y que no garantiza la transparencia de las elecciones. Así que tenemos en qué trabajar.


Hernández