Existen días en los que, al ver las noticias nacionales, pienso que debería darle un enfoque más centralista o, inclusive, hasta de derecha a mi crítica. Pero, después, me doy cuenta que hacer eso me llevaría a justificar la incapacidad para gobernar que rebasa por mucho a Felipe Calderón y su gabinete ultraderechista y fascista. Lo siento, no me permito gobernantes peleles. No puede organizar ni dirigir a los suyos, a sus simpatizantes blanquiazules; mas pretende dirigir a un país.
Empecemos por el Senado. Los legisladores azules de la Cámara Alta se entonan en contra del secretario de Hacienda por no proporcionarles la información pertinente que les permitiría tomar una “posición correcta” en el tema de la Ley de Ingresos 2010, tema que ya está bastante caliente como para que alguien se quiera echar el paquete. Muestra de ello es que, para librarse de la papa caliente, “Angustín” Carstens señaló al ocupante de la Silla Presidencial en Los Pinos de parir el engendro fiscal que nos trae consigo el conocido 16% para el IVA en el ejercicio fiscal del próximo año.
Este festín de ingobernabilidad lo podemos aderezar con la torpeza del hombre que Felipe Calderón acomodó al frente del PAN. Sólo a alguien tan cercano al Presidente como César Nava, se le ocurre lanzar una declaración tan fuerte, en el sentido político, contra la parte priísta. ‘El PRI es el que nos tiene atorados.’ Pues, ahora estarán más atorados por no saber controlar la lengua de su dirigente nacional, ese descontrol le costó cien gramos de hígado a Calderón.
Pero, como rezaría la frase que inmortalizó don Raúl Velasco Ramírez (Q.E.P.D.), “aún hay más.” Jeffrey Max Jones Jones, el (ahora) ex subsecretario de Sagarpa, ha sido vetado de los medios para evitar que sus palabras resulten en (aún más) fuego amigo. Su declaración ha resultado en un elogio para los narcotraficantes y un regaño para los que trabajan el campo mexicano:
“El narcotráfico es un sector que ha aprendido a identificar un mercado y crear la logística para surtir y crear la plataforma (…) Lo han hecho sin subsidio; ése es el tema. Saben cómo usar... Cuando uno aprende la lógica del mercado, todo lo demás cae por inercia sola, y eso es lo que tenemos que aprender en el campo mexicano.” -Jeffrey Max Jones Jones, participación en el foro “Enfoque de la Política Agroalimentaria en un Escenario de Crisis Económica Global”,
Y hablando del narcotráfico, me llamó la atención enterarme que el coronel Óscar Nina, director de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico de Bolivia, declaró que las redes del narcotráfico se extienden desde México, formando una organización cooperativa con los cárteles de Colombia; ello genera una organización tan compleja que es imposible atacar a los lideres, pues ni los lideres colombianos están en su país ni los mexicanos en el suyo. En resumen, ¿cuál guerra vamos ganando, Presidente Calderón?
Ése es el panorama, mexicanos. Es lo que el PAN nos ha venido dejando después de nueve años de desgobierno. No estoy tratando de ser un catastrofista. Sólo estoy ejerciendo, en plenitud, mi divino derecho a pensar y expresarme.
Bien sé que los dirigentes neoliberales y los empresarios lo que esperan es que me mantenga calladito porque, para sus propósitos, “así me veo más bonito.” Pero no puedo. Puedo con el silencio pero no con las nefastas políticas opresivas de los neoliberales que me quieren hacer pensar que fui parido sólo para generarles más dinero con el sudor de mi frente. Políticas que me quieren hacer pensar que las oportunidades de crecer y de cultivarse no deben estar disponibles para todos, sólo para los pudientes. No puedo con la gente que ve al revolucionario como un peligro para su estabilidad económica y no como lo que debería de ser visto, como el medio para una transformación social. No puedo con la gente que considera que los grupos revolucionarios deberían ser neutralizados prontamente por su Presidente. No puedo con esa gente que denigra sus compatriotas llamándoles ignorantes, siendo que el capitalismo ha sido la fuente de la desigualdad social. No puedo con los neoliberales que ven al resto de los mexicanos como herramientas de trabajo.
México ha sido gobernado nueve años por ignorantes de las Leyes Gravitatorias. Gobernantes que han perdido el piso y nos han robado la oportunidad de ser la sexta economía mundial, esperanza que teníamos en los noventas. Mas “viéndolo por el lado amable”, podemos pensar que hemos aportado un ejemplo mundial para las naciones que no quieren tener los problemas que estamos teniendo nosotros y se quieren acercar más a lo que el BRIC ha logrado a través de estrategias políticas y económicas innovadoras, ellos dejaron de lado los paradigmas que achacan a nuestro gobierno. En función de esos ejemplos deberían pensar estos neoliberales que carecen de los sifones necesarios, para impedir que el mal olor se presente al abrir la bocaza, cuando hablan de los ideales de la izquierda revolucionaria.
Desgraciadamente, es complicado nadar contra la corriente si los que pensamos y vemos las cosas de diferente manera trabajamos de manera individual. Me hace pensar en la batalla de Stalingrado en 1942. Pocos recuerdan o le dan valor histórico a esta batalla, pero es digna de recuerdo por el golpe estratégico que Hitler hubiera dado a la Unión Soviética al tomar la ciudad que lleva el nombre de quien era el jefe en ese entonces. Además, el control de esta parte del rio Volga y de una ciudad industrializada le hubiera dado la ventaja táctica que hubiera asegurado el flanco izquierdo del ejército alemán conforme avanzaban hacia la región del Cáucaso. Fue complicado para los rusos mantener el ritmo de esta batalla debido a la carestía de recursos; pero los camaradas soviéticos se unían al voluntariado, dispuestos a dar su vida en esta batalla. Entre esos guerreros, iba un hombre que le dio a los soldados lo que necesitaban: un héroe, una esperanza de victoria.
El capitán Vasily Zaytzev era parte de la división de francotiradores rusos. Su inigualable capacidad para mimetizarse con su entorno junto con la rapidez de su rifle lo hacían un elemento mortal. Por su rifle cayeron más de 250 soldados y oficiales pertenecientes al Eje a los dos meses de entrar al servicio militar. Cuando el ejército alemán decidió enviar al Mayor Heinz Thorvald (jefe de la escuela de francotiradores alemanes) para matar a Zaytzev, la moral de los rusos se elevó. Ni qué decir del momento en el que Zaytzev resultó victorioso después de un enfrentamiento de tres días y tres noches. En febrero de 1943, fue condecorado Héroe de la Unión Soviética.
Eso es lo que nos falta a nosotros, un nombre que nos inspire la valentía y moral necesaria para poder levantarnos y luchar por nuestra patria, por la tierra que nos vio nacer, por la tierra que le queremos heredar a nuestros hijos. Un nombre que nos recuerde lo que significa ser mexicano. Y bien digo que necesitamos un nombre, pues las ideas por sí solas han demostrado ser insuficientes para unirnos a todos en la causa común.
Por nuestra patria, necesitamos dejar de lado las aspiraciones ambiciosas y egoístas que nos llevan a tomar decisiones que sólo benefician a un sector de la población. Tenemos que dejar de refugiarnos en nuestras casas con la caja idiota transmitiéndonos sus reality shows que nada de provecho nos dejan, esperando a que lo malo que está pasando en el mundo se vaya como si fuera una tormenta.
Sí. Los senadores del PAN van a decir ir con todo al Paquete Fiscal de Calderón y los priístas los van a apoyar. También nuestra economía continuará remando contra la corriente porque no tenemos líderes renovados capaces de generar consensos, porque le hemos entregado nuestro sistema financiero a los extranjeros que buscan maximizar sus ganancias y dejar poco para México, porque erróneamente creemos que industrializar al país nos va dar estabilidad e independencia económica, porque México no es capaz de refinar su propio petróleo. México seguirá sufriendo porque se ha tratado de ignorar el hecho de que el desarrollo educativo deriva en desarrollo económico.
Con toda esa loza de dificultades encima, estoy seguro de que habrá un nombre que nos recordará las razones correctas para luchar por nuestro país. Nos recordará que vale la pena luchar por ser verdaderos mexicanos.