Guerrilleros Verdes

Recuerdo que, a lo largo de mi juventud preadolescente, a mi padre le llamaban mucho la atención los animales de cualquier tipo. Cuando nací, mi padre tenía de mascota un primate hembra llamada ‘Coco’ y, de acuerdo con el relato de mis hermanos y mis padres, era muy juguetona y obediente. Recuerdo que después mi padre tuvo un águila, la cual tuve la ocurrencia de posar en mi brazo sin la protección adecuada. Mala idea.

Estoy seguro de que muchas familias mexicanas tienen historias similares a estas. Estoy seguro de ello porque, por alguna razón, el humano tiende a ser curioso y capturar especímenes salvajes para exhibirlos como un trofeo vivo o muerto de su osadía. Aunque estas conductas no son aceptables para la mayoría de los grupos defensores de animales, éstas actuaron con cierta aceptabilidad mientras los animales no fueran dañados por sus custodios. Esto cambió el 23 de febrero del 2009…

Javier Cervantes tenía un peculiar departamento en la ciudad de Jaltenco, Estado de México; lo peculiar es que Javier daba resguardo a perros y gatos callejeros en su departamento encargándose de ellos. Como es de esperar, los vecino nos tardaron en quejarse a pesar de los humanitarios esfuerzos del señor Cervantes e, inclusive, recibió amenazas de muerte. El señor Javier resolvió mudarse de ahí y evitar que los conflictos pasaran a mayores; pero cerca del mediodía del 23 de febrero, un grupo de seis encapuchados armados con machetes y armas largas entraron en su departamento para llevar muerte a los animales que estaban guarecidos en ese improvisado santuario. Los grotescos y repulsivos resultados de tal acto de violencia son 75 animales asesinados a machetazos, además de otros más que lograron escapar heridos de gravedad. Vecinos intentaron impedir que este acto siguiera pero los atacantes estaban mejor preparados y los amagaron. Cobardes, como deberían ser, huyeron habiendo satisfecho su sed de sangre y violencia.

La noticia impactó fuertemente al municipio, pero hizo más ruido a través de la red de redes. Un sinnúmero de organizaciones dedicadas a la protección de los animales repudiaron este acto y recomendaron a los grupos en el país manifestarse en contra de la violencia contra los animales. Muchos lo hicieron pacíficamente, otros lo han hecho activamente.

Desde agosto, un grupo de anti-capitalistas y anarquistas denominados Frente de Liberación Animal (FLA) dio a conocer entre todos sus miembros un escrito titulado “La acción directa en México: más de un año de imparable conflictividad”, escrito donde se comparan con la guerrilla marxista Tendencia Democrática Revolucionaria en cuanto al uso de la violencia para imponer su ideología. Hasta hace no mucho, el GDF no le daba importancia a los actos vandálicos cometidos por preparatorianos; pero los ataques al Banorte y Bancomer el día 22 de septiembre atrajeron la atención del mismo Marcelo Ebrard. El Estado definió estos actos violentos como ecoterrorismo en países como EUA e Inglaterra, siendo éste último el hogar de la organización a la que se vinculan los grupos mexicanos.

Los activistas que están con la FLA han adoptado frases un activista chileno llamado Mauri como slogans de su campaña para la liberación de animales. La más conocida es: “Ármate y sé violento, hermosamente violento, hasta que todo reviente. Porque recuerda que cualquier acción violenta contra estos promotores de desigualdad, está plenamente justificada por los siglos de infinita violencia a la que nos han sometido. Ármate y combate el terrorismo, quema, conspira, sabotea y sé violento, hermosamente violento, naturalmente violento, libremente violento”.

Hasta hace unas semanas, lo que más me preocupaba era salir de noche y que algún narco o un borracho me impidiera llegar a mi casa sano y salvo. Ahora, tendré la misma preocupación cuando vaya a algún restaurant no vegetariano; no vaya a ser que alguno de esos activistas decida aterrizar un coctel molotov encima de mi plato.

Tienen cierta razón. Organizaciones pacíficas llevan años luchando contra la explotación de los animales y lo que han logrado es insignificante comparado con el esfuerzo que tienen que realizar. Aún así, no creo que el terrorismo les vaya a llevar lejos puesto que su mayor logró será un rechazo generalizado por la población y desprestigiar a los grupos pacíficos. Bien me puedo equivocar y esta “guerrilla vegetariana” tendrá el resultado que ellos esperan. Eso, al tiempo.