Recuerdo con cierto gusto de mi infancia las clases de Ciencias Naturales que el profesor nos impartía a diario. Recuerdo que nos platicaba un día que las funciones del cuerpo están coordinadas, en todo momento, por el cerebro; si hubiera algún problema con el cerebro, el cuerpo funcionaría mal y, con peligro, podría llegar a cesar operaciones, como en el caso de alguna parálisis. Por alguna razón, esta descripción de la relación cerebro-cuerpo me hace pensar en la oficina del Presidente y el pueblo mexicano.
La situación por la que estamos pasando en México y la indolencia de los gobernantes, me hace creer que los políticos están viviendo en un país distinto a aquel en el que se encuentran los mexicanos. Mientras nosotros estamos debatiéndonos entre la crisis económica mundial (la cual, de acuerdo con Carstens, no es culpa del gobierno sino de la situación mundial), el incremento del índice de desempleo a nivel nacional, el regreso de la influenza porcina, la siempre aterrorizante violencia del narco y la aparición estelar de nuestros fanáticos religiosos empleando el terrorismo en aeropuertos y el Metro; el gobierno federal está planeando su grandiosa celebración del bicentenario de nuestra independencia y nos pide más dinero.
La oficina de Calderón ha estado planteándose varios proyectos para la celebración del bicentenario y han estimado que sería necesario realizar una inversión de aproximadamente 2 mil millones de pesos, tan solo en la fiesta. Y es que al niño Calderón se le hizo muy bonito e interesante el espectáculo que los chinos dieron en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en Beijing, ceremonia con la que le demostraron al mundo que la nación oriental está lista para desempeñar su papel como la nueva potencia económica mundial. Le llamó tanto la atención este espectáculo a Felipe Calderón que mandó a buscar a los productores del evento citado para que organizaran una ceremonia similar en el 2010.
Ya van tres semanas que los organizadores están listos, tan sólo esperando que la jefa de la oficina de la Presidencia les dé el sí definitivo. Pero no hay eco aún en citada oficina, sólo aplazamientos. ¿Cuánto tiempo tendrán que esperar los pobres organizadores? El necesario para que Calderón se decida a desembolsar sesenta millones de dólares en la ceremonia del bicentenario, sin omitir los mil millones de pesos que se piensan emplear para la publicidad del evento. Lo cabildea ahora mientras nos notifican que ‘el Estado ya no puede caminar, porque le falta, porque no tiene más impuestos que cobrar’.
Hablemos de impuestos, entonces. De acuerdo con las cifras que maneja la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los sueldos de altos y medios funcionarios le costarán casi 30 mil millones de pesos; prácticamente lo mismo que recaudó el Estado con el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) el año pasado, recaudación que superó la cantidad de 35 mil millones de pesos. Se esperaba que este impuesto diera un respiro a las finanzas públicas pero, hasta el momento, sólo ha asegurado los salarios de los funcionarios. Tan triste es saber eso como enterarnos que al año, entre secretarios, subsecretarios, oficiales mayores; estos funcionarios perciben 2.3 millones de pesos entre su salario y compensaciones. Aproximadamente, 200 mil pesos al mes.
Ya que estamos hablando de número, agreguemos unos cuantos a esta ecuación. En 3 años del gobierno de Felipe Calderón, han sido generadas cerca de 147 mil empleos en la burocracia federal. 940 a la semana. 17 de los 940 son de alto nivel. 3.5 posiciones por día hábil. Por supuesto, cada plaza de alto nivel tiene todas las prestaciones conferidas a esos niveles de la esfera burocrática. No entiendo como puede la SHCP justificar su búsqueda por la aprobación del nuevo impuesto habiendo pasado de tener 6 mil 500 empleados en el 2006 a 40 mil en el 2009... mientras, la mayoría de los municipios tuvieron que realizar recortes drásticos de personal y nómina. ¿Por qué y para qué tantos empleados federales en tan solo 3 años?
Pero no es la única Secretaría con esta generación espontánea e innecesaria de plazas burocráticas. Después de todo, ¿para qué tener 36 personas con las mismas funciones y facultades que un subsecretario en Gobernación? Comparativamente, deja muy atrás a la SEDENA (que ha pasado de 195 mil plazas a 203 mil) y la Secretaría de Seguridad Pública (que ha pasado de 20 mil plazas a 50 mil plazas); dos de las Secretarías en las que el gobierno calderonista se ha apoyado a lo largo de la primera mitad del sexenio para legitimizar su cargo.
Con toda el dinero que se piensan gastar entre la ceremonia de bicentenario y la nómina federal, se podrían arrancar más y mejores programas de salud, así como generar empleos para el pueblo en lugar de rotarse los puestos federales entre ellos; muy similar a como los jueces y magistrados lo hacen con sus familiares. Aunque los jueves se las han ingeniado a través de mecanismos judiciales que les permitan eludir las prohibiciones de legar la plaza a familiares. Así que, no se preocupe usted, ¡sí! Si usted es pariente, compadre o familiar un magistrado o juez, olvídese de la crisis económica mundial pues se verá apadrinado, tarde o temprano, por su magistrado favorito.
Todo México lo sabe. El feudalismo en la administración pública se extiende desde las esferas educativas hasta las petroleras. ¿Ejemplo? Napoleón Gómez Urrutia, quien estoy seguro que no sabe ni lo más básico de minería, obtuvo el liderazgo del gremio heredándolo de su padre. ¡Bienvenidos a la oligarquía mexicana con máscara de democracia!
Después de todo esto, regreso a las ganas de Calderón por celebrar. Recordemos uno de los puntos del decálogo calderónico: “como un legado del bicentenario México debe y puede alcanzar durante esta administración la cobertura universal de salud”. Recordemos su apodo de campaña: “El Presidente del Empleo”. Celebre todo lo que quiera, sr. Presidente, cumpliendo con su palabra.
2 comentarios:
Justo ahí están las promesas malinterpretadas por este pueblo que tan terriblemente ha dudado de este enano presidente ("guiño, guiño").
y en esta recta final de su sexenio las mentiras seran cada dia mas evidentes, con una bancada del pri estorbandole, nuevamente volvemos al conflicto de intereses personales, al fin que la nacion ya se jodio, que mas se pude perder?
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