30 de agosto de 2009

Far Away

Nickelback fue formado en 1995 en la ciudad de Alberta, Canada; representa al género del rock moderno. La banda fue fundada por Chad Kroeger, Mike Kroeger, Ryan Peake y, el entonces baterista, Brandon Kroeger.

A la fecha, Nickelback es una de las bandas canadienses con mayor éxito comercial, habiendo vendido 30 millones de discos a nivel mundial. La banda está considerada como el 11o. acto musical mejor vendido del 2000. Sus ventas en Estados Unidos, en el año 2000, fueron casi tan grandes como la de The Beatles.

Actualmente, la banda se ha establecido en Vancouver, Canada. Su nombre viene del cambio de níquel que el integrante de la banda Mike Kroeger le daba a sus clientes en el Starbucks donde trabajaba, solía decir: "Here's your nickel back" ("Un níquel de vuelta").

El quinto álbum de Nickelback, All the Right Reasons, contiene la canción "Far Away" junto con otros 4 sencillos que entraron a posiciones altas en las listas de popularidad en Estados Unidos. El álbum ha vendido 7,163,130 copias al día 13 de Junio del 2009 sólo en EU; en el mundo, 11 millones de copias han sido vendidas desde el 2005. Con un éxito tal, Chad Kroeger decidió iniciar su propia casa disquera llamada 604 Records.

Respecto al álbum del 2005, la revista Rolling Stone dijo: "All the Right Reasons es tan deprimente, que puedes estar feliz de que Kurt no ande por aquí para escucharlo". Tiny Mix Tapes también se expresó negativamente respecto al álbum: "Como todos los discos anteriores de Nickelback, All the Right Reasons ('Todas las Razones Correctas') fue hecho por todas las incorrectas y sigue las fórmulas y clichés que deberían tenerte aburrido a morir."

Del disco mencionado, les presento la canción "Far Away". Canción que trata sobre la distancia entre las parejas y el dolor que esa distancia genera.

Trabajo en equipo

No hace mucho rato, recordaba con añoranza los días pasados de mi niñez; esos días cuando la vida está construida de sueños y héroes, esos días cuando todo es nuevo para uno, esos días cuando la sencillez del alma nos lleva a preguntarnos cómo es que los adultos dejan de apreciar los matices de la naturaleza para convertirse en manojos de nervios y estrés. Aún con esa añoranza, me atreví a recordar con humor la clásica guerra de los sexos, la tipica y reiterativa guerra de niños contra niñas.

Y fue en ese momento en el que comencé a cuestionar el porqué de esa eterna guerra de sexos, guerra que no sólo se da a esa edad sino que continúa por muchos años más. Es una guerra de sexos campal que ahora se da también en el campo profesional. Esencialmente, no comprendo el origen de la guerra entre gente 'madura' y 'pensante'. ¿Acaso no podemos entender que no se trata de que un sexo sea mejor que el otro sino que uno complementa al otro?

En análisis, podemos concluir en que la corriente ideológica y sociológica que nos trajo hasta esa guerra es el machismo, pues el feminismo surge como una respuesta radical a todo intento del hombre por 'domesticar' a la mujer. Tenemos el vector feminista, pero aún desconocemos el origen del machismo.

En los remotos tiempos de las cavernas, las emergentes sociedades tribales humanas basaban su economía en actividades como la cacería. En este momento, surge la división de tareas para garantizar la supervivencia de la tribu pues el macho tenía cualidades anatómicas que le permitían ser mejor cazador y la hembra tenía rasgos anatómicos apropiados para cuidar de la progenie y el hogar, principalmente la capacidad de amamantar a los pequeños. Ello no quiere decir que la hembra no participase nunca en las cacerías; en un principio, hembras y machos cazaban a los animales feroces que servirían de su alimento.

Paulatinamente, inició una corriente para delinear el papel de la mujer en la sociedad con tareas mucho más pasivas; corriente de la que formó parte la religión, pues reforzó la sumisión en las mujeres al mostrarla como: icono de la tentación (famoso pasaje bíblico de Adán y Eva) e icono de la maldad (los dioses femeninos que encarnaban la corrupción y maldad).

Carezco del conocimiento suficiente para asegurar si fue la ambición de poder sobre la mujer del hombre o la sumisión de la mujer la que permitió que se añadieran conceptos en materia sexual respecto a la mujer, conceptos que poco a poco se han ido rompiendo debido a la corriente feminista; aunque, desgraciadamente, también se han vuelto corruptos por la ambición femenina. Hagamos las comparaciones.

Los hombres siempre han aspirado a tener múltiples parejas sexuales para demostrar su hombría, 'sex appeal' y calmar sus ansías hormonales. Las mujeres de antes aspiraban a llevar una vida tranquila en el hogar cuidando de su esposo e hijos; pero las mujeres de ahora tienen exactamente las mismas aspiraciones del hombre siendo siempre más discretas para evadir el título de promiscuas que se les es colgado al ser descubiertas. La pregunta es: ¿por qué el hombre no es considerado promiscuo y castigado por la sociedad de la misma manera que la mujer? Porque, fisiológicamente, el hombre necesita del sexo con mayor frecuencia que la mujer; lo cual, supongo, merma la probabilidad de que la mujer desee tener ese mismo tipo de placer de una o mil formas. Por ende, si sus necesidades no tienen razón de ser para la ciencia, ¡deben de estar desquiciadas y ser unas ninfómanas! (Por decir lo menos)

En el pasado, los hombres trabajaban arduamente mientras la mujer cuidaba el hogar esperando el regreso de su marido para atenderlo en la medida de lo posible. Ahora, existen parejas en las que el hombre está el día entero tirado en un sofá mientras su mujer sale al trabajo y tiene que regresar para autocomplacerse, pues no es muy masculino el que los hombres sirvan a las mujeres. ¡Las mujeres son las serviles!

Podría seguir con más esquemas similares pero creo que cada quien tendrá los suyos para analizarlos.

No, yo no apoyo al machismo; y, ciertamente, tampoco apoyo al feminismo. Apoyo el humanismo. Apoyo el que cada quien tenga su lugar no por esquemas sociológicos, sino por las capacidades de cada uno.

Se ha demostrado que las mujeres tienen una capacidad de pensamiento en paralelo mayor al del hombre; en consecuencia, el hombre especializa su capacidad mental en un punto a la vez. El hombre se adapta rápidamente a los trabajos rudos y tediosos mientras que la mujer a los trabajos que requieren mayor destreza. Así que, como podemos ver, el hombre y la mujer se deben de complementar para alcanzar objetivos mayores a los que individualmente podrían alcanzar. Por eso es importante que las parejas de la actualidad conozcan esto para dar pie a una evolución social, no a la involución que sufre la familia como unidad.

Lo único que ha logrado esa guerra de sexos que se está librando con batallas sexuales es demeritar al sexo mismo, y a la humanidad. Comportarnos como animales en búsqueda constante de sexo no va a llevar a ningún lado a la sociedad, ni a la humanidad, ni al individuo ni al género. Es ridículo pensar que cada individuo necesita demostrar su superioridad con el número de parejas sexuales que ha tenido o que podría tener.

Si se quiere librar una guerra de sexos, que sea intelectual. Que se demuestren los géneros quiénes son capaces de aportar más y mejores cosas al mundo.

27 de agosto de 2009

Orgullo universitario

En este enredoso país de tramitologías y burocracia, desde pequeños nos embarcamos en una de las aventuras más nobles de nuestras vidas: la educación. La búsqueda de conocimiento es, quizás, la más renegada por todos cuando somos pequeños. Sólo, piénselo bien; ¿qué niño promedio en su sano juicio deseó ir a la escuela por el placer de aprender? Todos empezamos renegando nuestra suerte en alguna digna institución de educación pública... bueno, cuando la SEP era más digna y consciente de nuestros valores patrióticos. Con el tiempo, nos hicimos a la idea de que ir a la escuela era lo correcto y, algunos, nos llegamos a enamorar de los libros.

Así fue como hicimos nuestro camino hasta llegar a la universidad; cúspide de nuestros esfuerzos académicos y enorgullecedora insignia de la cultura y educación. No todos llegaron a criar ese amor que uno desarrolla por la institución educativa, pues la mayoría de los estudiantes se inclina a pensar que es sólo un escalón más en la vida y que el papelito es lo único que importa. Muchos fallan en darse cuenta que no es una escuelita dedicada a que los alumnos vayan y devoren libros noche tras noche, en la búsqueda de un simple y vil número al final del ciclo escolar.

La universidad es una institución creada para generar científicos, investigadores, desarrolladores, emprendedores; es decir, no está sólo para darle al alumno sino para que el alumno aporte de vuelta a la universidad, y de paso sea dicho que a la sociedad y la cultura misma.

Desgraciadamente, son pocas las instituciones universitarias que en nuestro país operan con ese afán, pues hemos fallado en crear más universidades que funcionen así. Y digo "hemos" porque los estudiantes tenemos gran parte en ello por el conformismo al que nos entregamos y la carencia de pasión a la camiseta de la institución.

Sin embargo, con todo y lo deteriorada que nuestra educación básica parezca en la actualidad, la SEP (sí, ellos otra vez) ha decido realizar un recorte presupuestal en las universidades públicas del 1%, recorte que significa una merma de 200 millones de pesos para la máxima casa de estudios en el país: la UNAM. A pesar de este golpe a la educación superior, la UNAM es la primera que se ha planteado estrategias para evitar que este recorte les obligue a paralizar áreas sustantivas; lo cual da paso a la pregunta obligada: ¿Quién defenderá a la educación pública?

Por ello, uno mi voz a la de José Narro y le pido a los legisladores de la nueva legislatura se den cuenta de que la educación superior es muy importante y el golpear de esta forma a las instituciones educativas sólo nos llevará a un rezago cada vez mayor en la educación y, por ende, en el desarrollo de nuestro país.

No nos queda más que confiar en que la iniciativa de los legisladores de todos los partidos por eliminar la Secretaría de Función Pública se concrete; ello representaría un ahorro de 1,500 millones de pesos. Me parece más que suficiente para solventar el recorte e, inclusive, invertir un poco más en la educación pública del país. Sólo esperemos que no intervenga más el queridísimo yerno de Elba Esther y su estrecho de Bering invertido o el 'secre' Lujambio para deslumbrarnos con su epifánica frase: "ningún libro de texto está escrito con sangre ni está escrito por Dios". ¡Qué forma de guardar el carácter laico de la estructura educativa pública!

26 de agosto de 2009

Loverman

En el año de 1998, Metallica lanzó el LP "Garage, Inc."; álbum de dos discos que constan: uno de una recopilación de antiguos covers realizados por la banda y el otro de nuevas covers. Es decir, se trata de un disco enteramente dedicado a covers.

De entre los nuevos covers, podemos señalar el de Nick Cave con 'Loverman'. Esta canción es la más bizarra y lógica canción en el disco, un ejemplo de cómo la categorización superficial confunde las conexiones más profundas con la música. Cave y Hetfield (Metallica) no podían provenir de mundos más distintos: Hetfield era un adolescente metalero de los suburbios en el tiempo que Cave aterrorizaba punks y góticos como el vocalista de 'The Birthday Party'. Pero Cave, ya con su banda "The Bad Seeds", encontró inspiración en los rincones más oscuros de la condición humana, particularmente como el descrito en el Viejo Testamento; Hetfield escribió sobre la pena capital y la antigua plaga egipcia. Y ambos hombres son amantes de los extremos, la yuxtaposición de suave, focalizada ira con desesperanza caótica. La misma mezcla cautivante de luz y oscuridad en 'Fade to Black' puede ser escuchada en 'Loverman', del álbum "Let Love In" de The Bad Seeds.

En 1996, en entrevista, se le cuestionó a Cave su impulso y talento para escribir canciones sobre violencia y degradación. "No soy quien para hablar de ello", dijo. "Sólo tengo una cierta forma con las palabras cuando se trata de escribir sobre violencia. Me encanta rumear los detalles." Las canciones de amor si eran un problema. "No creo poder escribir una canción de amor como se debe en el sentido de que sea realmente optimista, porque yo no me llevo así con el amor. Siempre estoy consciente de la manera en que acabará desde que empieza. Puedes ver esas cosas que van a destruir la relación."

Y así, les presento esta canción que desde mi punto de vista es uno de los mejores covers de Metallica. Hagan clic aquí para escuchar el cover de Metallica o aquí para escuchar la versión orginal de Nick Cave.

25 de agosto de 2009

Cuestión de Memoria

Como normalmente, me dispuse a abrir las primeras planas de los periódicos más importantes del país muy temprano en la mañana. Me sorprendió encontrarme con el encabezado de EL UNIVERSAL y el de LA JORNADA que decían: "Borran la Conquista de los libros de texto" y "Libros de texto de la SEP mutilan la historia del país". Estarán muy de acuerdo en el hecho de que estos encabezados suenan bastante fuertes, sobre todo para los que conocemos la historia de la Conquista y su importancia.

Me puse a leer atentamente estos artículos y, efectivamente, era lo que parecía en todos los sentidos: el gobierno de la República nos quitó la Conquista y la Colonia de la historia de México bajo la premisa de que "están reformando el sistema educativo". Asumo, pues, que la reforma educativa de la que tienen tanto tiempo hablando incluye la desaparición de estos capítulos en la historia de México; capítulos que no por tratarse de los períodos en los que vivimos bajo el yugo de los españoles, no formamos alguna clase de identidad. ¿Acaso la SEP nos quiere hacer creer que de los Aztecas evolucionamos en los mexicanos de ahora?

Aclaro en este punto que no estoy tratando de negar mi ascendencia azteca, pues me siento orgullosa de ella. Lo que si quiero que quede muy claro es que, gracias a esos capítulos de la historia de México, nos damos cuenta de que la cultura de la corrupción, que hoy tan fervientemente albergamos hasta en nuestros senos familiares, la hemos arrastrado a causa de la colisión de culturas dado en aquel tiempo. Cualquiera que lo dude, que lea un poco sobre las culturas prehispánicas en el valle de México y se darán cuenta de lo que hablo. ¡Ah! Pero, por favor, no se dejen llevar por películas hollywoodenses arrabaleras producidas por actores australianos.

El problema con nosotros es que no tenemos memoria. No recordamos quiénes somos. Y, para tal propósito, ¿alguna vez lo supimos? Porque he de decir que el que es patriota, el que se siente muy mexicano, no se queda sentado en un rincón quejándose amargamente de la mala fortuna de su país y de cómo el gobierno no hace más que arremedar los esquemas más cerdos del sistema estadounidense como el de escribir solo la historia que nos conviene para sentirnos mejor.

La historia, como tal, pretende más que sólo ser un montón de historias que nos tenemos que aprender para obtener una calificación al final del periodo escolar. La historia no pretende ser un bulto de archivos, letras y palabras que se acumulen en tomos y enciclopedias a lo largo de generaciones. La historia asume como objetivo principal el de enseñarnos los errores y aciertos cometidos en el pasado; así como el de recordarnos que no somos quienes somos por el camino que aún no hemos pisado en el futuro, sino por el camino que hemos dejado atrás de nosotros.

Me pregunto: ¿acaso estos ultraderechistas no han escuchado el viejo refrán "el que no conoce su pasado está destinado a repetirlo"? Pues pienso que actualmente estamos viviendo otra conquista, que no es la española sino yanqui. Pienso que los mexicanos estamos olvidando nuestra alma de bronce para reemplazarla con una pálida sombra de decadencia norteamericana. Eso sólo me hace reafirmar que ellos decidieron olvidar su historia con el propósito de repetirla deliberadamente.

Mientras escribo esto, EL UNIVERSAL informa que el subsecretario de Educación, Fernando González, dice que no es un error el que la Conquista y la Colonia hayan sido borradas de los libros de texto, sino que es parte de la Reforma Educativa y que se irá dando paulatinamente hasta el 2011. ¿2 años? Sinceramente, estos del "Gobierno del Cambio" y el "Gobierno del Empleo" sólo han demostrado que vivimos en los Gobiernos de la Decadencia y la Mediocridad. ¡Sí! ¡Mediocres! Empezando por el presidente mierda... digo, FECAL.

Una Ventana a la Memoria (cap. III)

-¡Qué raro! No está. –decía Manuel mientras caminaba hacia el lugar donde el viejo normalmente se sentaba a contemplar la ventana.

Las calles se habían vuelto especialmente solitarias y muertas. Se habían vuelto largas, cansadas y difíciles de caminar. Cuando conoces el lugar por el que tus pasos te guían, sientes los fantasmas de los recuerdos pasados ceñirse sobre ti buscando recuperar un poco la vida que les arrebataron. Pero Manuel no prestaba atención alrededor, su juvenil indiferencia ante la historia le permitía tener un poco de inmunidad en el corazón, tan sólo seguía caminando hacia el banquito con paso firme y hasta obstinado.

Había un cuadernillo; bastante antiguo, bastante amarillo… apenas era legible lo que había sido escrito en él. “Si existiera Dios…” decía el encabezado.

Si existiera Dios, no le tendría miedo y mucho menos le tendría respeto, lo cuestionaría.

Si existiera Dios, le preguntaría si es el Dios del Sufrimiento. Si existiera Dios, empezaría por preguntarle cómo hace para parecer tan benevolente y tan misericordioso siendo él tan sordo de las plegarias de la gente que sufre diariamente en las calles.

Si existiera Dios, le preguntaría si es el Dios del Castigo. Le preguntaría cómo es que hizo para convencer a tanta de gente de esa falsa bondad y perdón que dicen que él profesa. Se dice que esta vida es una bendición que él nos dio pero si estas son sus bendiciones, prefiero que me maldiga eternamente. En esta ‘bendita’ vida, si eres bueno te pone pruebas para que demuestres que tan bueno eres; si eres malo te castiga hasta el final y te manda al infierno. Perdónenme pero ¿dónde quedo esa justicia que él profesa y de la que se siente tan orgulloso?

Si existiera Dios, resumiría todas mis preguntas en una sola: ¿Para qué te reza la gente? Hay quienes dicen que rezar es hablar con el Señor. Yo digo que es hacerse pendejo mientras intentas desahogar toda la mierda que cargas en tu conciencia pensando que hablas con alguien más. ¡Y llaman locos a los que no creen en Dios!

Si existiera Dios… algún Dios, le preguntaría si sirvieron de algo mis plegarias. Nunca le pedí nada para mí. He de pecar de cualquier cosa, menos de hipócrita. Si nunca le di nada a él, nunca le pedí nada. Pero si le pedía que cuidara a mi gente, pedía por ellos con un fervor desenfrenado. Nunca quise nada para mí, sólo quería ---

Los grandes ojos cafés de Manuel se habían inmerso en una adolorida y agónica escritura tan profundamente que se sintió parcialmente decepcionado al darse cuenta de que la página había sido cortada aquí.

-Tenía como unos 17 años cuando escribí eso. –dijo el anciano casi en silencio tranquilamente sentado en el banquito haciendo que Manuel se sobresaltara– Siempre quise que alguien más lo leyera, pero no es algo fácil de entender.

El muchacho quiso preguntarle de dónde había salido tan rápida y sigilosamente pero se detuvo justo a tiempo para darse cuenta de que esa no era, ni por casualidad, la pregunta relevante del momento. Le extendió lentamente el cuadernillo y el viejo, apenas levantó la vista para verlo, se lo arrancó de sus temblorosas manos llenas de un gran nerviosismo. Manuel mantuvo firme su mirada buscando la del viejo para lanzar la pregunta.

-¿A quién quería proteger?

El anciano parpadeó lentamente mientras su mano buscaba apoyarse en su rodilla. Hizo esa mueca de inconformidad que la gente hace cuando va a confesar algo y, repentinamente, contestó con una mirada enérgica e inquisitiva la de Manuel. El muchacho frunció el ceño tratando de descifrar el siguiente movimiento del anciano pero, al igual que el día anterior, resolvió el dejarse sólo llevar por las palabras del veterano de vida.

-Después de todos estos años, creo que descubrí qué es Dios. –decía el anciano mientras entusiasmadamente buscaba algo en su morral de cuero. No tardó mucho para encontrar lo que buscaba: una botella de salsa de tomate.– ¡Dios es una botella de salsa de tomate!

Manuel estuvo a punto de tener que levantar su quijada con espátula del suelo. Con un rostro totalmente deformado por una mezcla de confusión y sorpresa, intentó emitir algún sonido que se pareciera a la expresión ‘¿Qué?’, pero el anciano decidió proseguir con su explicación como si hubiese podido leer su expresión conforme ponía la botella en el suelo.

-Todos creen que Dios es un ser omnisciente y ajeno a nosotros. –comenzó el anciano un tanto entusiasmado– El primer error es pensar que es un ser. Dios es una energía. Dios es una imagen en la que depositamos todo nuestro amor y toda nuestra fe. El amor es la fuerza que le permite al mundo seguir girando, es la razón de que tu corazón siga latiendo cada mañana, la máxima fuerza que impulsa a nuestros pensamientos. Todos amamos a algo o alguien. Amamos hasta el odiar a alguien, pues el odio y el amor siguen siendo parte de la misma moneda. –el anciano tomó un respiro mientras dibujaba una leve sonrisa al ver la cara atónita de Manuel– La fe, por otro lado, no es una razón para vivir como tal; sino la fuerza con la cual vivir. La fe es la desesperación que sienten los humanos por vivir y buscar la forma de siempre seguir adelante sin importar qué les pase o cuánto miedo tengan. La fe es el brazo ejecutor de tus sueños y metas. Sin fe, tienes tanto empuje como un coche sin motor.

Un muchacho sorprendido y atento a sus palabras guardó silencio para digerir sus palabras lentamente; mientras, giraba la vista hacia la botella de salsa de tomate.

-Uno es Dios, pero estamos tan cerrados de mente que insistimos en separarlo de nosotros para pensar que es un ser extraterrestre. Por eso nos privamos de nuestro propio amor, de nuestra propia fe; y la vamos a buscar a iglesias y templos de mil y una religiones. –el anciano tomó la botella –Éste es mi Dios. Después de todos estos años, mi amor y mi fe se han desgastado tanto que caben en esta pequeña botella. Las pocas cosas buenas que me quedan por disfrutar, lograr y amar tendrán que ser condimentadas con lo poquito que queda de mí, con lo poquito que me impide decir que no estoy muerto, con lo único que me impide decir que no soy humano. Y lo único que hizo que me decidiera por esta botella es que ahora sé a que sabrá el tiempo que me quede de vida.

El anciano pudo reír silenciosamente pero la mente del joven no le permitía procesar el elaborado e irreverente esquema de pensamiento del viejo. Se limitó a guardar silencio y a asentir esperando a que siguiera; probablemente, él lo entendió pues sonrió y palmeó su espalda como diciéndole “Algún día lo vas a entender, muchacho.” Pero, luego de tan humorístico monólogo, el anciano se dispuso a iniciar otro recostándose en el asiento y encogiendo los hombros. Sus encogidos hombros reflejaban la característica principal de su siguiente historia, el gran peso que tenía en su corazón.

-Hubo un hombre… –dijo el anciano y se volvió a detener en medio de un silencio abismal al cual Manuel sólo aportaba una mirada atenta a los ojos y facciones del viejo– No, hubo un muchacho…

Una Ventana a la Memoria (cap. II)

-¿Pretendes impresionarme, muchacho? –escuchó Manuel la profunda y raposa voz del anciano cargada con melancolía.

-¿Eh?

Durante dos horas completas, Manuel mantuvo su mirada fijada en el triste marco de la ventana. Le fue difícil reaccionar a las primeras palabras que habían emergido de la boca del viejo pues sus sentidos se habían entumecido y su mente lo había llevado a una especie de trance lleno de suposiciones. El anciano lo acompañó en ese letargo mental para permitir que las semillas de las preguntas germinaran respuestas en el fértil suelo de su joven mente imaginativa; pero él no buscaba nada de nuevo en la ventana, siempre encontraba lo viejo y ya sabía cómo encontrarlo. La actitud del joven le hizo recordar fragmentos del pasado, le hizo recordar…

A los ojos del anciano, el muchacho estaba fascinado inventándose posibles historias y respuestas en su mente, pero sabía él que nunca lograría descifrar lo complejo de la realidad. Manuel parecía en un trance, y supuso que la única manera de sacarlo del trance sería con su voz. Apenas pudo salir del trance cuando escuchó la voz del anciano hablarle a él, apenas pudo salir del trance cuando sintió la pesada mirada del viejo extendiéndose desde sus marcadas cejas y entristecidas ojeras para clavarse en él. Giró rápidamente su cabeza para verle a los ojos.

-No, señor. –repuso Manuel con el leve tartamudeo delator de que buscaría una respuesta rápida– No se trata de impresiones, sino de entendimiento.

-Entonces, ¿pretendes entenderme? Más que eso, ¿qué crees que quieres entender? ¿Qué hay que entender?

No hubo respuesta a eso. El muchacho sólo se quedó en silencio mientras agachaba la mirada y se tocaba el abdomen.

Durante años, tantas personas habían pasado por ahí y habían visto al anciano sentado en ese banquito observando a la ventana del edificio aquel. Algunos pasaban sólo ignorando su existencia, otros se acercaban y le preguntaban: “¿Se siente bien? ¿Qué hace allí sentado?” Las dos preguntas más estúpidas que le podían hacer. Él no contestó nunca a esas preguntas sólo alzaba su brazo, rojo por las cicatrices de las quemaduras, y les mostraba la hoja del periódico. Muchos leyeron y sólo le externaron sus condolencias, otros sólo se marchaban y lo dejaban abandonado ante sus recuerdos y pensamientos. Pero… el muchacho hizo lo que nadie. El muchacho quería saber más que sólo eso. Él no buscaba compadecerlo o externarle sus condolencias, no quería dejarlo en la soledad y el olvido; quería… escucharlo.

Un leve gruñido proveniente de el estómago de Manuel se dejó sonar. El anciano sonrió levemente ante los sonidos estomacales del muchacho.

-Parece que alguien está hambriento. –buscó en un pequeño morral que cargaba consigo para sacar una torta envuelta en una servilleta.

-Pero…

-Come. –insistió el anciano zampándole la torta en la boca a Manuel antes de que pudiera replicar– Ya estoy muy acostumbrado a no comer; así que, come. A los jóvenes les hace bien comer cuando el cuerpo se los pide.

Tomó la torta entre sus manos sin dejar de ver al anciano mientras se preguntaba qué lo había impulsado a alimentarlo. Luego, miró la torta en sus manos y lentamente comenzó a retirarle la servilleta para descubrirla y darle la primera mordida. El anciano volvió a sonreír de manera leve cuando Manuel le dio la mordida.

-¿Y si el pan estuviera rancio? –dijo el anciano– ¿Y si la carne es de perro? ¿Y si la hice en las peores condiciones higiénicas? ¿Y si tiene veneno?

Con la boca llena de un pedazo de la torta, masticó lentamente para captar todos sus sabores. A la vista curiosa del anciano, Manuel descubrió que el pan no estaba rancio y que la carne no era de perro. Las otras dos opciones no eran tan fáciles de comprobar y el anciano no pretendía, desde el principio, esperar a que terminara la torta para que entendiera el mensaje. Se levantó de su banquito mientras Manuel seguía masticando el pedazo de torta impidiéndole replicar la huida del viejo. “No te dejes guiar por las apariencias”, escuchó Manuel en su mente como si el anciano se lo hubiese gritado. Entonces fue cuando entendió que no iba a detenerlo jamás, que debía dejarlo ir sin réplica alguna; pues un alma con una pena tan grande como esa tiene que aligerarse la carga de vez en vez y andar... sólo andar.

-Mi andar será eternamente diferente al de tu amigo. –murmuró el anciano alejándose de Manuel– Mi andar nunca será joven, pues mis pasos están marchitos por mi edad y este sendero lo he recorrido demasiado. Mi sendero jamás me llevará al olvido, sino a la añoranza.

-Ese andar no está marcado por sus pies, –añadió Manuel tan rápido como pudo habiendo tragado el pedazo de torta y aún con una dificultad para hablar bien– lo marcan sus recuerdos.

El viejo lo miró por sobre su hombro. Su mirada no era agresiva esta vez, más bien nostálgica. El anciano siguió su camino directo por la calle hasta perderse de la mirada de Manuel. El muchacho resolvió regresar, sabía que tenía que perseverar y no desistir… además, sólo Dios sabe si el anciano traería más tortas al día siguiente. “¡Qué rica torta!” fue lo último que pensó antes de encaminarse hacia su casa.

Una Ventana a la Memoria (cap. I)

-¿Qué carajos hará ahí sentado? –preguntaba José a su amigo Manuel mientras veían a un anciano viendo a lo alto de una pared hecha con añejos ladrillos.

-No lo sé. Me lo preguntas como esperando que yo sepa.

Todas las tardes se le iban igual al triste anciano. Llevaba su gastada humanidad hasta un viejo edificio junto con un banquito para poder sentarse a contemplar… lo alto de esa pared. Esa pared que ya había presenciado muchos cambios a través de estos años, cambios que para nadie eran notorios más que para él.

Ese viejo edificio de la calle Petróleos con número 713 ya no tenía siquiera ventanas, habían sido reemplazadas por pequeños rectángulos rojizos y delgadas líneas grisáceas que se encargaban de darle algún tipo de cohesión a esa pared. Como si tuvieran miedo de que alguna mirada ajena pudiera espiar los recuerdos dentro del edificio. Ese viejo edificio, triste y decadente, tenía ya muchas historias pendiendo de sus cornisas como si fueran la pesada carga que uno mismo lleva a lo largo de su existencia.

Tenía muchas historias… y sería injusto llamarlas buenas, malas, románticas o melancólicas. Las historias son eso, historias, y nada más. Pero para el hombre, pueden llegar a significar su destino y marcar su estilo de vida. Así era con el anciano, quien ahora dedicaba sus tardes a mirar atentamente ese marco donde antes existía una ventana.

-¡Oiga, señor! –gritó Manuel irrumpiendo en el silencio que el anciano había creado para sí– ¡Señor! ¿Se siente bien? ¿Qué hace allí sentado?

Él no contestó. Nunca contestaba. Tenía cicatrices tan graves que habían pasado la barrera de la mente y los sentimientos para llegar a su cuerpo mismo. Así que, como siempre hacía cuando alguien se le aparecía con las preguntas que consideraba las más estúpidas de la existencia, levantó su tembloroso brazo sosteniendo una hoja del periódico. José se sorprendió de ver una reacción en el anciano pero Manuel, aunque con dudas, avanzó hacia él para tomar el periódico.

Era ya amarillo, delgado y frágil. Era ya bastante viejo y visto. Las borrosas manchas negras en la esquina leían el día 19 de Noviembre de 1984. Entonces, reaccionó e hizo que su mirada siguiera a la del anciano pudiendo ver a detalle entre las líneas grisáceas y los rectángulos rojizos las oscuras sombras que se cernían sobre el edificio. Eran sombras familiares para él, pues muchos de los edificios en el área las tenían cual tatuaje sobre la piel. Un tatuaje que llenaba de tristeza e indignación a todo aquel que conocía la historia de aquel día en San Juan Ixhuatepec. Regresó su mirada al anciano quien no separaba sus atentos ojos de aquello que fuera un marco de ventana.

-Usted perdió a alguien ese día, ¿cierto? –susurró Manuel buscando los ojos del anciano.

Pero lo único que sus ojos pudieron ver fue la iracunda mirada del viejo mientras le arrancaba la hoja de periódico de las manos. El molesto rechinar de sus dientes apretujados por la fuerza de su mandíbula sólo se opacó por la horribles quemaduras que su brazo exhibía. Manuel se tomó un momento para pensar.

-¡Manuel! Deja al anciano en paz. –gritó con impaciencia José– ¡Larguémonos de una vez!

Los ecos de sus palabras fútiles retumbaron sólo en las casas alrededor, pues Manuel resolvió el sentarse en el suelo junto al anciano para contemplar el antiguo marco de ventana. Algo lo impulsó a quedarse, a escuchar los lamentos de las casas abandonadas. Aunque así, sumergiéndose en el dolor del edificio y asumiendo el terror de la sombra que siempre se cernía sobre él, logró encerrarse en una especia de burbuja junto con el anciano.

-¿Sabes qué, Manuel? Ahí te quedas, yo no tengo tiempo para esto.– gritó José antes de que sus jóvenes pies lo llevaran hacia el sendero del olvido y la indiferencia.

Requiem for a Loser, pt. IV

It was all a dream... but dreams have the bad habit of turning into nightmares when you're not looking...

I took my plane back to Los Angeles. After all that had happened to me, I needed to see Samantha once again... I needed another dosage of her; she's my addiction.

While I was on the plane I remembered the moments that I had enjoyed back in Mexico City and Paris. Great moments, I gotta admit... but the best moment in my life and by which my whole fate changed drastically is Samantha. I can still feel her breathing on my neck as we lay down at the apartments curious bed. I knew she'd be waiting for me to come back to her, it just couldn't any other way.

"Aaahh.. the good ol' apartment." I thought as I walked down the street to the place. And as I walked down to the place, I started wondering how would Samantha welcome me: Would it be with just a kiss? A kiss and a hug? A kiss, a hug... and something more? Or just a dinner?

But those questions faded away when I arrived to the apartment and looked through a window and saw it completely empty. I ran knocked the door down and ran into the apartment trying to find her, but the only thing I found was a note: "Paradise", that's all it said... Paradise Hotel.

She was leaning on the front handrail of the Paradise Hotel, she was balancing her body lightly while looking down to the MacArthur Park. She moved her head rhythmically to make her long hair move with the wind. Then, she stretched her legs and then leaned back on the handrail making her left shoulder carry her weight while showing off her ass. She had a cigarette on one hand and a vodka tonic on the other. It was the third, in fact. She took the lighter out of her purse but she was obviously having a bad time trying to light up her smoke, so I ran to her and helped her.

She looked deep down into my eyes and the cigarette fell down from her lips. "C'mon! You didn't give me the chance to light it up.", I told her. But she didn't say anything, instead she just jumped and put her arms around my neck to bring me closer to her and kiss me.... just like the first time. That's when I could sense the intensity of her vodka breath.

I asked her about the apartment:

"I thought you were never coming back. That made me really sad and I cried you a lot... but then I met someone... someone that helped me out of my depression, someone that could help me pay up my bills, someone that took me in and gave me everything."
Then her eyes rolled towards the entrance of the Paradise Hotel.

"I understand...", that's the last thing I said to her.

"But I love you, baby. And his money is not everything in life. We can leave all this behind and start again."

I stepped back and moved away from her... and never turned my head back to see her. I did listen to her sobbing and crying, but... this is the end.

This is just the way I lost her, the way I lost my love; but she gave me great gifts: a new job and an apartment where to start all over. I'll use my own money to bring it back to life.

That's the story of my life: I have good luck 15 minutes, and I lose it all in 5 minutes or less... I guess, that's why I'm such a loser.

Autor: James Jack

Requiem for a Loser, pt. III

Samantha and I couldn't work it out, so my friend invited me to a vacation in Paris. Sounds fun.
Paris, France - 5 days to Halloween; year 37


France is an enlightened country, but Paris is the capital of love and romance. I was visiting the city with Kelsea and her daughter Nicolette; perfect timing to celebrate my birthday in Paris. She told me that a local company was looking for a CEO and I decided to go and apply for the job. I must've been the first or only one to apply because I was called to go visit the president of the company that afternoon.

The receptionist of the HQ walked me to the President's office but as soon as she walked out, another woman entered the place in a hurry she was on the phone.

"Yes; tell him to prepare everything for the reunion and to tell everyone about it..." She said, so excited on the cellphone, that I thought she was talking to me. Then she ordered me to close the door with a gesture, while she closed the window's blinds. Then she turned her head in my direction and told me to remain silent by putting a finger over her lips and pointed at the chair in front of her desk.

"That girl should be here an hour earlier... yes, the discussion..." I couldn't help to notice the desktop so full of folders and papers. She wouldn't stop listening to what the person on the phone was telling her, but her intense green-eyed gaze smiled at me, looking at my black suit, my tie and my shoes.

She stood right in front of me with a relaxed stance, and she started to touch my chin, as if I was a little boy, her disciple, her little pet. I cleared my throat to look somewhat offended by her uninterrupted chat on the phone but then she came down to meet my eyes and she started kissing my forehead.

"No," she said, moving back a bit and wetting her lips with that big smile, "Tell them to hold on. We'll get that artist to play with us..." Surprised, I stopped paying attention to what she was saying and looked at the only free hand she had. Like marking her phrases, she sat on my legs and slid her fingers through my thighs to my knee. There she scratched me like you would scratch a dog's head. It made me feel good. She was setting the rules of this game and my hands tried to reach her body but she changed the phone from one side to another and walked to one of the windows like she was looking outside.

"I want you to prepare the design but don't reveal any idea they might rip off..." She said while staring through the blinds. I looked at her from behind and passed my hand through my hair. I walked toward the window. She seemed thinner from behind and her body seemed perfect. Her hip curves looked amazing covered by that black skirt. The back of her neck was almost naked with that hairstyle, I couldn't resist to kiss her right there and to grab her round the waist. I made our legs touch each other on purpose. I felt electrified. "Marketing must give us a detailed report..." She said. Yes! This is where I come in, I thought.

She kept talking as I kissed her neck and explored her body with my hands but her breathing gave her away, much more paused and not so energetic. She covered the cell phone and then turned to me, opening her green eyes slowly with a satisfied look in her face, then she pushed me back and fixed my tie. "I don't think anyone will reject this... no one..."

She started driving me back to the door with weak pushes on my arm and back. She opened the door and made the same gesture again; the finger over her lips. Her green eyes were radiant. "Yes, I already told the new CEO... nine o'clock AM..." She gave me a significant look, a good-bye look, and then she closed the door. I stayed there, kind of shocked, thinking that I have already come to love my new job.

I took my cell phone out and took note of the appointment she told me about. This project looks promising.

Autor: James Jack

Requiem for a Loser, pt. II

After Samantha, I thought it'd be a good idea to stay true to my nomad instinct and visit a new place: Mexico City.

The woman that lived at the end of the hall seemed to have been quite beautiful. She used to wear short skirts, tight, a hairstyle that used to be cool and the neckline showed much of her implants. Ever since I arrived to this hotel in Mexico City she looked at me as if she wanted to be with me... alone.

-Please, call me Kathy!- she seemed like a good person with a latin accent

The morning sun was bathing the desertic bougainvilleas; the heat was about to arise. "Time for breakfast, isn't it?" She wouldn't stop smiling at me.

-Yeah, right, uhm... Kathy - I answered; there was not much to say really.

Mexicans are quite curious really, I realized that this days. Some of them don't like to talk, but some seem to start a chat out of no particular topic: weather, diets, shopping, breakfast.

-I'll ask for some diet scrambled eggs and a big orange juice.... -small talk

Kathy grabbed me from the arm and pulled me to the cafeteria. It was a sunday, my plane was to take off the next day. I didn't know what to say as we moved around the pool. I haven't been doing much the last two days except for calling my mom and the office, walking around the mall, buying stuff and hang out. Nothing great to brag about.

Hidden speakers were playin' some easy listening music, Kathy smelled like flowers and her touch was fragile on my arm. Just like a girl, I thought, and I tried to find her plastic surgeries: lips, nose, breasts, possibly a liposuction; thought there's also gravity and the years influencing on her body.

We sat near a window. We ordered. Kathy started telling me about the last time she dyed her hair and the dilemma of choosing a color, about a show where women had their hair dyed and they looked great, about her favorite tv show, about the time when she hooked up with a tv guy and what she like about him; finally, she shut up and stared again at me without letting the smile go away from her face.

-It's been years since the last time I slept with an American...

I took a sip from my coffe to lessen the importance of her last statement. "Really?... How was it?"

My indifference seemed to upset her. But just a moment, like if she became unsecure of her sex appeal or like she remembered her age. Just a blink. Charming as she was, she explained to me that it was right after her third divorce and she's been having a bad time since, she didn't want to have anything serious at the time. Too many months alone. Visiting old boyfriends. Simulating renewed passion. One of them even took her to visit some beaches and prehispanic ruins. But he was tired and couldn't go on with those vacations for any longer. One night, at the bar, she drank alone, drank much more than usual and met a british guy, that seemed to be poor.

But that didn't stop her. He was alone too. And lonely people communicate in a special way. Casual snuggles, some call it. So, with no more to it and with the drink in her hand, she asked him to kiss her. She told me that she would only ask such a thing being drunk while playing with a necklace that lightly touched her chest. The british, don't know if scared or courageous, came close and kissed her. And they talked about nothing, she asked him to not talk about himself. Finished her drink, grabbed her purse and, with a signal, he understood that he should follow her to the bedroom. I can imagine what happened then, she danced for him with a dimmed light that would hide her age and then, they moved on to other things.

-That was the last time I snuggled an American...

I took another sip from my coffee. Took a bite off my breakfast which I had barely even touched. Stared out the window to the city. "It's sad...", didn't know what else I could say.

Kathy didn't answer. I examined her, hold her hand and said: "A british is not an american..."; but she wasn't paying attention. We split up the check and I paid the tip.

We made the whole trip back again to the hall, and we passed-by my door... and were heading all the way down the hall...

Autor: James Jack

24 de agosto de 2009

Requiem for a Loser, pt. I

We can only love memories, and their flesh is always ours. So the real hard task is to learn to love ourselves.

I usually don't regret what I do. But this time it was strange. I miss laying down at the parks and watching the dark clouds. I miss watching the ground from the sky.

I was going through a bad moment. I was confused and my life was surreal.

And just to make things worse, I got a letter ordering me to leave the apartment in 48 hours, and I, instead of looking for something, wasted time around and gave a damn about everything. Must've been some kind of self-defense, a kind of virus that had infected my brain and made my feelings numb. So I took more painkillers than usual... So I took more antidepressant than usual... and people started leaving me alone that way.

Then, a caring soul in the shape of a well-suited gentleman came around and gave me an address where some apartments were abandoned recently. Next night, I took some tools and keys and put them in a bag next to my sleeping bag and some candles, so I could 'inhabit' one of them.

The address turned out to be real: I saw 3 abandoned buildings. The last one was the one I liked the most. Looking through the windows, I decided it would be first one to explore. Ten minutes were enough to break the lock. The street was quiet, even the wind stayed still. With the light of a candle, I looked around. The house was small, but cleaner than usual, so I hurried to put a new lock in the door. It was as easy as stealing a bag of tomatoes.

Then, I lit up the rest of the candles and distributed them around the only room apartment, it was a ballroom and bedroom at the same time. I saw a big bed with a leopard print sheet covering it. The rest of the place was in pretty good shape. It was... way too clean. By an instant, I thought i had stepped into a big problem... but I explored the rest of the house; which was the drawers.

I found some condoms and some strange black-leather clothes, also a black whip. I checked the closet: red and yellow feathers, handcuffs, scarves... Only thing I could think in that moment was: "Damn! No money and nothing of real value!" But then, I found some pictures on the ground; pictures of a girl that sometimes was blonde, others brunette, sometimes she was Stella or Martha or Vanessa... or Samantha. That's when it hit me: whoever she really was, she must've left in a hurry for an emergency or escaping some kind of threat.

I have really bad luck: someone was knocking at the door. I jumped, took my hammer nervously and moved silently to the door.
- Who is it?
- Sam.
- What you want?

No one answered and I opened the door. There he was... the guy that gave me the address.
- Can I step inside?

Didn't see a reason why he couldn't get in, so he stepped inside. He offered me $400 dollars, which is a good amount of money for me. I took the money and then he took his clothes off... it was her... "Stella? Martha? Vanessa? No. Samantha." That must be her real name and she was only wearing her underwear in front of me.
- Is this all right? What do you want me to do?

I said nothing....
- You want me to take everything off?
- Yeah. -I said silently

Then she asked 'What you want me to do?' again. She was pretty nervous, it was worse for her than it's been for me. At least, something was better.
- I have some wine over there... -she said
- I'll get it.

I went to the kitchen for the wine and came back with half glass of it. She drank it pretty fast and then she asked me the same damned question again. I stepped close to her, just an inch away from her face and stared at her eyes.
- I want you to shut up.

She put her arms around my neck taking the opportunity since I was that close. So, we did the only thing I could do at that moment...

Autor: James Jack

Caminando a mi destino sin rumbo fijo

Para algunos es difícil… para otros es complicada… Lo único que sé cierto es que la vida no es nada fácil. La vida te hace dar muchos tumbos, te pone muchas pruebas, te pone muchas piedras; pero siempre hay algo al final del camino en lo que puedes contar: lo que viene después de todo eso. Lo que está después del miedo, lo que está después de esas noches de frustración, lo que está después de esas incontenibles ganas de ser abrazado; siempre hay algo bueno al final del día. Pero, ¿cuántas veces nos sentamos a contemplarlo?


Los últimos dos años de mi vida han sido especialmente difíciles para mí. Bueno, no sólo para mí… para mi familia completa. Desde donde yo lo veo, la vida me ofreció una oportunidad, casi la pude sentir diciéndome al oído: “Puedes escoger entre crecer en este momento, adquirir responsabilidades, sudar el dinero que gastas, vivir al día, renunciar a los goces simples de la vida y entrar de lleno a una vista de lo que es la vida de adulto… o quédate como un niño chiflado y rebelde hasta que regrese por ti y te revuelque por el piso…” Las cartas me fueron puestas enfrente y el destino era claro e inobjetable, renovar o morir…


Obviamente, escogí la segunda opción al inicio. No lo puedo negar, fue divertido eso de salirme a mis anchas sólo porque tenía el carro e interponer como excusa el absurdo pretexto de “estoy en la escuela, mantenme”. Salir durante las noches y regresar a la hora que me pegara la gana, no obstante las preocupaciones y mortificaciones que mi madre tenía que soportar. Andar por las calles fanfarroneando, exponiéndome a ese peligro constante que todos en Reynosa conocemos…no, creo que todos en México. Corriendo mi carro, metiéndome entre carriles, viajando en bulevares en sentido contrario, retando a quienes viajaban frente o a lado mío. Sin embargo, tenía mis pequeños matices de cordura pues, la mayoría de esas actividades las realizaba sólo. Pensaba que “si algo pasa, que me pase nada más a mí”. Aún así, las compañías repentinas no me hacían falta y ahogaba mis frustraciones en otros vicios.


Pero, no era yo… Nada de eso me llenaba en realidad y me hacía sentir más confundido. Confusión que me llevo a aumentar las dosificación de mis vicios, de mis salidas, de mis encuentros furtivos, de mis emociones; pero no, nada llenaba. No era yo… estaba caminando lejos de ser ese Rogelio que debía y que quería ser. Estaba creando una máscara para ocultarme del dolor y la impotencia que sentía en aquellos momentos.


Ya ha pasado algún tiempo de eso. Públicamente quiero agradecerle a mis hermanas Alejandra y Graciela porque me ayudaron poco a poco a poner mis ideas en orden, a redescubrirme. A mis amigos, Bernardo, Rubén, Isaí, Jonathan, Ricardo, Roberto, César, Cruz, Angélica, Julio; a todos les agradezco el haberme extendido su mano y su guía justo cuando más la necesitaba. Siento que ahora camino más seguro de lo que quiero y por qué lo quiero; más seguro de mí mismo; tan seguro que soy capaz de correr riesgos por aquello en lo que yo creo. Quiero pensar que a esto es lo que le llaman ‘madurar’.


¿A qué viene todo eso? Tiene dos motivos. Uno, quería hacer un agradecimiento público a mis amigos. Dos, quería abrir esta ventana a mi vida para esa personita muy especial. Tan especial que, amigos míos, no les quiero arruinar la sorpresa. ¡La tienen que conocer! Es una chica muy especial para mí y es tan, pero tan especial que no voy a entrar en detalles respecto a ella en esta entrada.


Lo que sí les puedo decir es que el camino que he recorrido a lo largo de estos dos años ha sido sinuoso y me ha llevado por muchos lugares, he caminado sin un rumbo fijo pero siempre deseando encontrar mi destino. Hoy por hoy, estoy convencido haber encontrado ese destino que tanto añoré; de haber encontrado ese amor que tanto busqué. Hoy creo en el mundo de puertas abiertas y corazones sinceros, de ideales realizados y sueños cumplidos… Hoy sé que hemos encontrado nuestro destino y, de ahora en adelante, el camino nos pertenece, el camino lo trazaremos nosotros. El camino seremos nosotros.

'¿Por qué no sólo reinicias?'



Para los que están familiarizados con ese ícono, saben muy bien lo que significa. Es el ícono que buscas cuando todo lo que tienes en tu computadora te está fastidiando, se está congelando o que, simplemente, necesita ser reordenado. De manera similar a la computadora, siento que es necesario reiniciar para mí y mi blog.


Y todo este asunto de reiniciar, me hace pensar en las veces que la gente tiene que reiniciar en la vida. Muchos dirán: ¿Por qué reiniciar? ¿Para qué reiniciar? Pues, aportaré una pregunta más a su cascada de cuestionamientos y dudas: ¿Por qué no reiniciar? Eso de volver a empezar, nos permite darnos cuenta del camino que hemos recorrido y retomar el rumbo hacia lo que ahora deseamos.


Nunca sabes... Puede que el nuevo rumbo sea tu verdadero destino.