El empecinamiento del hombre por iniciar estos ciclos de 365 días con promesas sobre lo que realizará o dejará de realizar a través de este. No es nuevo para ninguno de nosotros haber oído a más de uno decir: “Este año si entro al gimnasio”, “Este año si dejaré de tomar”, “Este año si dejaré de fumar”, “Este año podré administrar mejor mi dinero” o “Este año si conseguiré empleo.” ¿Ven un patrón?
Pero el problema radica en que las personas que se hacen estos planteamientos, se lo han hecho por muchos años y nunca han logrado el objetivo. Siempre empiezan el año con un estricto régimen pero ceden a los pocos meses. ¿Será la voluntad el problema? Muy probablemente. Pero para los que tienen una fuerza de voluntad endeble, la disciplina es lo último que necesitan. Los malos hábitos se contrarrestan con hábitos mejores. Es decir, no alberguen la esperanza de que en un año habrán de limpiarse de alguno de los malos hábitos que los han acompañado por mucho tiempo. Es necesario dejar de hacerse propósitos absolutos y comenzar a hacer propósitos pequeños, ir avanzando de poco en poco.
Por ejemplo, imaginemos a alguien que toma una cerveza al día TODOS los días. En lugar de proponerse dejar de tomar, debería proponerse el reducir la cantidad de alcohol que ingiere. Aquí es donde propongo un plan tetramestral para completar con 3 pequeños pasos al año. En el primer periodo, esta persona podría decidir: “Bueno, para el primer tetramestre, beberé sólo los fines de semana.” De esta manera, el individuo reduce de 7 cervezas a la semana a dos o tres por semana. Para el segundo periodo, “sólo beberé los sábados.” Sigue reduciendo su cantidad de alcohol. Para el último periodo del año, “puedo beber sólo la mitad de una cerveza.”
Al finalizar el año, no habrá eliminado su mal hábito por completo pero lo mejoró considerablemente. Los mismo pueden hacer los adictos al cigarro o los que quieren bajar de peso. No se comprometan a un objetivo absoluto, mejor realicen objetivos pequeños que no los comprometan a nada porque, si son observadores, se darán cuenta que durante el primer año el alcohólico jamás mencionó que iba a dejar de beber. Automáticamente, uno se dice: “Pues voy a seguir bebiendo, sólo un poco menos.” Mas el hábito de ir reduciendo la cantidad de alcohol, va empujando al mal hábito en sí.
Espero que este pequeño manual para propósitos de año nuevo les sea de gran ayuda. ¡Feliz año!
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