23 de diciembre de 2009

Impericia Fatal

Recuerdo en mis días de niñez que muchos de los muchachos soñaban con ser soldados o policías que defendieran las calles de nuestro país. Estoy seguro de que no sólo pasó en mi niñez. Así como estoy seguro de la generalidad de este sueño, estoy seguro de la generalidad del arrepentimiento de muchos que hicieron realidad este sueño y la alegría de los demás por no haber entrado a dichas corporaciones. Decepción que se llevarán al enterarse de que ello no los exime de estar atrincherados entre los soldados y los cárteles en esta, aparentemente, improbable guerra.

El día de ayer, 22 de Diciembre, los medios de comunicación esparcieron una de las noticias más nefastas que hemos tenido que recibir a lo largo de este sexenio. Tres familiares del Marino que pereció en el enfrentamiento armado el día 16 de Diciembre fueron ejecutados, presuntamente, por el cártel al que enfrentaba el elemento fallecido. Ya no hay honor ni gloria para ninguno de los bandos. El acto es lamentable y sólo ensombrece más nuestro futuro como nación. Sin embargo, no debemos de restarle importancia al hecho que desencadenó este acto de venganza: la revelación del nombre de un elemento perdido en acción.

Sigo sin encontrarle una medida exacta a esta nueva torpeza del (des)Gobierno Federal. En su interminable campaña por ganar algún gramo de legitimidad, el pitufo Presidencial ha cometido este error garrafal buscando dar homenajes que exalten la memoria del Marino con el fin de generar material propagandístico. Conociendo a los gobernantes azules, cuando sucedió esta tragedia estaban editando su más nuevo spot respecto al “avance” en la lucha contra el narcotráfico. No podrán las corporaciones volver a legitimar sus patrióticos actos de ahora en adelante por miedo a que sus familias sean violentadas.

No podemos exigir tampoco que el tsunami de violencia que viene sea frenado fácilmente si los altos funcionarios replican con maneras que los equiparan con sus enemigos. Los discursos subidos de tono y amenazadores sólo atraerán más violencia hacia nuestras filas. Es necesario saber qué decir y cómo decirlo. Especialmente, ‘QUÉ’ decir.

El gobierno mexicano está inyectando enormes cantidades de dinero en una batalla que sabemos no se puede ganar con el ataque frontal sino que requiere estrategia y, además, que el gobierno estadounidense acepte plenamente su responsabilidad en este conflicto.

El día de ayer fue terrible pues se registraron una serie de ejecuciones y atentados en diversas regiones del país. Hay quienes dicen que la guerra ahora es de capos contra capos, el Ejército y el pueblo sólo están en medio. ¿Ahora qué sigue?


1 comentarios:

Lord Vyzarro dijo...

a eso agregale que en nuevo leon, comenzaron una dizque limpia de elementos para terminar dejando solo a las fichitas, que nos puede esperar??, jamas se legitimara el gobierno del pitufo, y si no se cuida, hasta el puede caer, recuerdo aquellas narcomantas que le avisaban que seguia el, dejo saludos!