18 de marzo de 2010

La saga imperdonable

Desde 1983, con el lanzamiento de Kill ‘Em All, Metallica se consagró rápidamente como la banda más grande en la historia del rock. En sólo 6 años sus álbumes alcanzaron una amplia fama mundial y ganó el grammy a la mejor interpretación de Heavy Metal por ‘One’. Además de haber vendido 22 millones de discos para aquellos entonces.

En 1991, en su segundo disco con Newsted y el primero con el productor Bob Rock, Metallica inició una nueva etapa musical; la que culminó el 5 de junio de 2003 con el álbum con menor número de copias vendidas en la historia de Metallica (St. Anger con 2 millones de copias). Parte de esta nueva era musical para Metallica viene a ser la inclusión de melodías más armónicas y matizadas cuyas letras son más profundas que las de los discos posteriores.

James Hetfield tomó la canción con mayor significado para él y la convirtió en la saga de canciones más significativa del mundo del Heavy Metal.

The Unforgiven

La primera parte de la saga fue publicada en el álbum denominado “Álbum Negro”. En palabras de los compositores, intentaron darle un giro a la estructura típica de las canciones donde el verso llevaba un arreglo armónico mientras que el coro era realzado con potentes acordes; es por ello que, los versos de esta canción resultan realzados con un acordes distorsionados mientras que el coro es acompañada por una triste guitarra acústica y el arpegio de La Menor. El solo de guitarra en esta canción es, quizás, uno de los más inspiradores de esta saga pues refleja la clara melancolía que carga la canción en su letra.

James hace fuerte referencia al sentimiento que le generó su crianza. Los problemas psicológicos heredados por el abandono que sufrió dieron el sentimiento a esta canción. También se pueden observar referencias a un sentimiento de irrelevancia en el mundo cuando dice: “Lo que he sentido, lo que he sabido nunca ha brillado en lo que muestro; nunca libre, nunca yo, así que te nombro el imperdonable.” Más adelante, la letra nos dibuja a un hombre que se resigna a morir cansado de haber tratado de darle al mundo lo que esperaba de él.

The Unforgiven II

La segunda parte de la saga fue publicada en el álbum “ReLoad” en 1996. Es comprensible que las buenas fórmulas no deben ser repetidas para evitar cansar a los oyentes. Así fue como, en esta segunda parte, Metallica le dio una estructura más estándar a la canción acompañando el verso con un arreglo de guitarra con sonido de country y realzando los coros con un riff icónico del rock duro de los noventas.

La letra de esta canción pareciera más dirigida hacia una mujer a la que, en la letra, se le invita a acostarse junto a él para verse como iguales; de esa manera, le indica que es él quien la ha estado esperando a menos que sus pecados le hagan imperdonable igual que a él. Uno de los fragmentos más fuertes es cuando dice “Ya no me ama, aún me ama, pero jamás volverá a amar”, haciendo clara referencia a que “ella estará ahí cuando él muera”. La canción se acerca a su final al escuchar a James enunciar la frase “Acuéstate junto a mí, dime lo que he hecho. La puerta está cerrada y tus ojos también, pero ya puedo ver el sol”; la canción se torna más fuerte desde este punto hasta el final mientras, en el fondo, se escuchan el coro de la primera parte remezclada.

The Unforgiven III

La última parte de la saga, que inicia con un peculiar arreglo de piano, fue publicada en el último disco de la banda metalera “Death Magnetic” en el 2008. Habiendo pasado ya tantos años desde la primera parte, parecía correcto renovar aquella vieja fórmula cambiando la guitarra acústica por una guitarra rockera con un efecto de flanger ejecutando un arpegio de Sol para los coros mientras los riffs eran dejados para el verso de la canción. Aunque el solo de esta canción no refleja demasiado el sentimiento de la canción hace un gran trabajo al demostrar que Kirk Hammett puede realzar la canción con el canto de su guitarra.

Hetfield insistió en incluir esta canción en el nuevo disco, a pesar de ser considerada una balada, porque significaba mucho para él y sería buena idea para recordarle a los fans algo del pasado. La canción habla de un chico que erró su camino al deslumbrarse por el brillar de un tesoro dorado; sin embargo, se refiere al dolor que su negligente soñar generó y el miedo que siempre le tuvo a sus propios sentimientos; y además, no conforme con eso, no dejó de avanzar por pensar que el error se solucionaría mágicamente. “¿Cómo me puedo perder si no tengo a dónde ir? ¿Cómo te puedo culpar si es a mí a quien no puedo perdonar?” concluye el coro ambientado por el arreglo de las guitarras. James aclaró que con esta canción buscaba culminar su búsqueda por perdón y lo hace muy bien al enunciar “Su búsqueda por vivir era un infierno por fuera y veneno por dentro”, con lo que recapitula lo que sintió al pasar por el período de desintoxicación para abandonar su adicción al alcohol. La canción encamina al solo mediante el fraseo de James: “Perdóname, No me perdonas, ¿por qué no me puedo perdonar?”

Tres canciones, tres de las reflexiones más profundas que Hetfield hizo sobre sí mismo a lo largo de la carrera musical de Metallica. Les recomiendo ampliamente que las escuchen y lean las letras con mucha atención, nunca saben si ustedes son igualmente imperdonables… como yo.

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