28 de enero de 2011

Estado e Iglesia... ¡nunca más!

Existe un sentimiento generalizado entre la población mexicana de depresión, de tristeza, de desesperanza. ¿Cómo no estarlo? Tenemos problemas económicos y de seguridad pública sobre nosotros, día y noche sin descansar; así como la constante presión mediática por las figuras políticas que luchan por robar cámara y tumbarle a Peña Nieto algo de popularidad. Pero, sobre estos problemas, existe una perspectiva que, estoy seguro, no escapa a los oídos (o pensamientos) de la mayoría: la falta de religiosidad.

Para los más fervientes feligreses de cualquier religión, el hombre se corrompe porque no tienen miedo de Dios y, por ello, no acatan los principios morales básicos. El argumento es cierto: día a día, el hombre tiene menos miedo de Dios; cuantimás del infierno. La gente está dejando de creer porque, no importa cuán apegado a las normas sea, siempre puede morir en fuego cruzado. Además, con los problemas económicos, la instrucción religiosa que se daba en casa se ha ido perdiendo porque los padres no tienen tiempo para hablar con sus hijos. Ante esta situación, un líder religioso se ha decidido a actuar.

En el estado de Guanajuato, el gobernador Oliva Ramírez se ha aliado con el arzobispo José Guadalupe Martín Rábago para proponer un debate en el cual se discuta el principio de la educación laica. Éste último, arguye que es necesario que “la libertad religiosa” debe alcanzar a las escuelas públicas; aunque, sinceramente, no habría mucha libertad, en todo caso, si se va a impusiera el catolicismo como religión en las escuelas.

Pero si queremos hablar de libertades civiles y religiosas, tenemos que considerar una relación tripartita conformada por Estado, Iglesia e individuo. A lo largo de la historia, las tres partes de esta relación, han tenido interacciones muy interesantes que han resultado en el establecimiento de normas entre ellos. En algunas de estas interacciones encontramos a la Iglesia como protectora del individuo frente al Estado opresor; en otras, vemos al Estado como protector del individuo frente a la Iglesia (siendo bajo estas circunstancias en las que se generan mayor libertad de conciencia); pero también se han contemplado interacciones desfavorables en las que el Estado se vuelve el brazo de la Iglesia y las libertades del individuo disminuyen.

Siendo así las cosas, deberíamos recordarle a Juan Manuel Oliva Ramírez que la separación Iglesia – Estado está sumamente marcada y establecida en el Artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:

El principio histórico de la separación del Estado y las iglesias orienta las normas contenidas en el presente artículo. Las iglesias y demás agrupaciones religiosas se sujetarán a la ley. […]

¿El arzobispo de León quiere hablar sobre libertad religiosa? Es evidente que no ha leído con atención el artículo 24 constitucional:

Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley.
El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna.
Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que
extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria.

Eso, sin mencionar lo que claramente establece el artículo 3ero constitucional:

Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -federación, estados, Distrito Federal y municipios-, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria.
La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;
II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.

Por lo tanto, el gobernador deberá reconsiderar sus acciones puesto que atentan contra los principios que la Constitución Política establece. Él no es una autoridad religiosa como para representar y darle voz institucional a la Iglesia; es un servidor público que juró, y está obligado, a defender y hacer valer las leyes nacionales y estatales.

Los obispos católicos han argumentado que México está obligado a incluir la instrucción religiosa en las escuelas públicas porque los tratados internacionales que nuestro país ha firmado afirman el derecho de los padres a educar a sus hijos. Aparentemente, estos obispos no están informados sobre los múltiples colegios privados (o particulares) donde se les da instrucción religiosa a los niños. Los padres tienen la opción de inscribir a sus hijos en una escuela pública, donde la educación es laica; o en un colegio privado afín a sus creencias religiosas. Entonces, que me digan, ¿dónde se coarta la libertad de creencias? ¿Dónde se viola el artículo 24 constitucional? El Estado mexicano debe vigilar que esta libertad sea garantizada, esto no quiere decir que el Estado sea quien deba impartir la educación religiosa.

No me resulta extraño que a los dirigentes religiosos no le basten sus propias escuelas y se quieran adueñar de las públicas, pues son tan codiciosos como cualquiera al final. Lo preocupante, en realidad, es que sea el gobernador de un estado libre, laico y soberano quien encabeza el movimiento. ¡Focos rojos!

23 de enero de 2011

Elección 2012: El camino a la Silla

Aún a un año del 2012, el presente año determinará el escenario político en el que las elecciones federales se llevarán a cabo. Las alianzas que se prometieron durante el 2010 serán afianzadas o eliminadas durante el 2011; los ‘presidenciables’ serán revelados mediante ráfagas publicitarias y eventos políticos a fin de lograr mayor presencia mediática. Muchas serán las variables que definirán el entorno en el que se darán las elecciones y su resultado final.

Evaluando al Gobierno Federal

Resulta necesario considerar la evaluación presidencial entre estas variables, pues el desempeño del Presidente de la República actual y la satisfacción (o insatisfacción) que su gobierno ha generado en la población son evidencia de lo que la ciudadanía puede esperar si vota por la institución política a la que éste pertenece.

Felipe Calderón ha sido duramente criticado desde el inicio de su gobierno por distintos motivos, desde la forma en la que ha tomado posesión de su cargo hasta la guerra contra el crimen organizado; pasando por los escándalos ocasionados por las corruptelas de su Secretario de Seguridad Pública Federal, el caso de la guardería ABC y el caso SME; entre otros tantos. Como resultado, el índice de aprobación ciudadana registra 54%, disminuyendo en un punto porcentual en diciembre del 2010 en comparación al de diciembre del 2009. En cambio, el índice de desaprobación creció del 42% al 44% en el mismo período.

Lo que preocupa al país

Durante el 2010, los temas de seguridad y economía ocuparon lugares importantes en distintos medios. Ante esto, la población manifestó una agobiante preocupación por la economía nacional al inicio del año frente al tema de la seguridad; en términos porcentuales, la problemática económica tuvo un 70% de menciones en enero 2010 contra un 24% de la problemática en seguridad.

Conforme el año avanzó y la crisis de seguridad nacional se hizo presente, la percepción de la problemática nacional tuvo un cambio radical. La problemática económica continúa siendo la de mayor preocupación para la ciudadanía con un 53% de menciones en diciembre 2010 contra el 43% obtenido por la problemática en seguridad.

Aceptación de partidos

La ciudadanía inicia el 2011 con una percepción de los partidos similar a la del mes de julio del 2010. El PRI encabeza la preferencia electoral, con un 39.5% de aprobación, seguido de cerca por el PAN con un 27%. Esta tendencia se ha mantenido estable desde aquel mes en el que se desarrollaron las elecciones locales que dieron nuevos alcaldes y gobernadores a varias regiones del país. Cabe señalar que en julio del 2010 el PRD tenía un porcentaje de aprobación del 15.2% y que, durante la segunda mitad de ese año, se recuperó hasta llegar al 19.7% en diciembre 2010.

Jugando con los números, nos damos cuenta que una alianza entre el PAN y el PRD superaría la preferencia electoral del PRI (46.7% contra 39.5%). Sin embargo, el PRI siempre puede recurrir al PVEM para formar una coalición que los haría aumentar su aprobación hasta el 52.6%.

Los gallos

Aunque Beltrones fue considerado en el 2009 y parte del 2010 como posible competidor por la candidatura a la Presidencia por el PRI, la preferencia entre los simpatizantes de dicho partido por Enrique Peña Nieto resulta aplastante para cualquier político que decida buscar la Presidencia bajo la bandera priísta. A diciembre del 2010, Peña Nieto encabeza la lista de posibles candidatos del PRI con un 81.5% de preferencia.

Cuando la banca priísta hizo cargada en favor de Peña Nieto, el PAN comenzó una búsqueda por el candidato que habría de hacerle frente. El senador Santiago Creel es quien encabeza la lista panista de preferencia con un amplio margen frente a sus competidores. Creel encabeza la lista con un 40% de preferencia, mientras Josefina Vázquez Mota tiene un 16% de preferencia.

Mientras tanto, el PRD sólo cuenta con dos opciones y la preferencia está bien definida. Los perredistas quieren que Andrés Manuel López Obrador vuelva a representarlos en las elecciones del 2012, tiene una clara preferencia del 70.2% contra el 23.3% de preferencia por Marcelo Ebrard. Aunque AMLO cuenta con mucha popularidad y el pueblo lo conoce, Ebrard no ha tenido un mal desempeño como jefe de Gobierno; sin embargo, la polémica en la que se vio envuelto por las bodas gay afectó el deseo de los perredistas porque él los representara.

De manera global, AMLO es levemente más popular que Peña Nieto (94.8% conoce a AMLO contra el 91.1% que conoce a Peña Nieto); además, Santiago Creel es mucho menos popular (64%). Sin embargo, más allá de la popularidad, es preciso considerar la opinión que la población tiene sobre estos candidatos a la Presidencia de la República.

Peña Nieto cuenta con la mejor opinión global con +40.7 puntos de opinión, Santiago Creel le sigue con +1.7 puntos y, al final, AMLO cuenta con –17.5 puntos. La propaganda y la presencia en los medios de cada candidato ha tenido efectos definitivos en la imagen de cada uno frente al pueblo. Así, tenemos que el 50.6% preferiría votar por Peña Nieto; el 16.3% por AMLO y el 15.6% por Creel.

Conclusión

En el camino al 2012, el partido mejor posicionado es el PRI. En la opinión pública, éste partido se ve como una forma de dar marcha atrás a las problemáticas que aquejan a la sociedad actualmente. Sin embargo, aún queda el 2011 para que el PAN dé la mejor cara de sí y entre de lleno a la lucha; así como el PRD.

Tenemos en puerta el proceso electoral del Estado de México. En ése fuerte priísta se jugará la moral de los militantes y la fuerza con que el partido llegará al 2012. Aún en la cabeza, el PRI no se puede dar el lujo de perder EdoMex.